“Ultimamente asistimos a prácticas donde el conflicto no es con la patronal sino intersindical, y esto no es un conflicto laboral”, sentenció la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en clara referencia al enfrentamiento entre algunos sindicatos dentro de Aerolíneas Argentinas. La mandataria, durante el cierre de la conferencia anual de la Unión Industrial (ver página 5), criticó los “tironeos de trabajadores” que hacen los gremios e instó a acatar la conciliación obligatoria. Los cruces sindicales en la aerolínea de bandera llevaron a que se anunciara el lunes pasado un paquete de medidas que retiran algunos de los privilegios de pilotos y personal de la empresa. El anuncio recibió en su mayoría apoyos, pero también hubo duras críticas de parte del gremio de pilotos.

El secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, admitió que la decisión de avanzar con la segunda etapa de mejora de AA buscó frenar las “discusiones gremiales, que todos los días ponían en jaque a la compañía”. “Llegamos a esta conclusión porque, si no, parecía la crónica de una muerte anunciada: todas las semanas estábamos supeditados a que cualquier toma de decisión de la compañía generaba un problema”, explicó. Según relató, en las últimas semanas la compañía estuvo muy presionada por “cuestiones que no parecían paros o medidas de fuerza, pero en el fondo tenían toda una base de ese tipo”. “Todos los días la compañía y la dirección estaban jaqueadas por discusiones gremiales”, alertó. Respecto de las medidas, aseguró que “no significa complicarle la vida a tal o cual sector interno de la empresa, sino pensar qué hacer para no perder plata”.

El ministro de Planificación, Julio De Vido, reiteró que los criterios de rentabilidad “sólo se aplicarán para la revisión de las rutas internacionales de Aerolíneas, pero en ningún caso se utilizará esa lógica para los vuelos de cabotaje”. En este último caso, se tomarán en consideración parámetros de rentabilidad y de movimiento de divisas que generan para el país. “¿Por qué Aerolíneas tiene que subsidiar el tour de compras de gente que va a Miami y vuelve con las valijas llenas?”, se sumó Schiavi.

El presidente de la Asociación Personal Aeronáutico (APA), Edgardo Llano, defendió el anuncio y respaldó la decisión de volar con los Embraer a la región. Dentro del paquete de medidas, se incluyó la posibilidad de que Austral realice vuelos a países sudamericanos, actualmente circunscriptos a Aerolíneas Argentinas. “Con la gran crisis que hay en Europa y en Estados Unidos, el turista latinoamericano que antes iba a Europa ahora va a venir más para esta región”, dijo Llano. “Habrá rutas que analizar, seguramente; nosotros necesitamos que haya una aerolínea que no vuele por volar, sino que vuele para hacerla más eficiente y que pueda ser más rentable en algún momento”, agregó.

En igual sentido se manifestó la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas (UALA). Su titular, Claudio Somoza, consideró que las medidas fueron “acertadas”. “Por supuesto lo vamos a cumplir, somos una entidad sindical, un gremio responsable y estamos totalmente de acuerdo con las medidas y ya trabajamos en eso”, afirmó. Somoza aseguró que los vuelos de Aerolíneas a la región permitirán “nivelar la balanza comercial que tiene con respecto a otros países de Sudamérica, sumar cantidad de horas de vuelo e incrementar las fuentes laborales”.

Históricamente, UALA estuvo enfrentado con la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), el sindicato que nuclea a los pilotos de Aerolíneas que comanda Jorge Pérez Tamayo. Las diferencias son tales que los pilotos de APLA se niegan a compartir la cabina con sus colegas de UALA y se ha dado el caso de pilotos de Austral que, como pasajeros, volvían de entrenamientos en el exterior y fueron bajados de aviones de Aerolíneas debiendo regresar a la Argentina en otra compañía. El vicepresidente de APLA, Pablo Biró, volvió a cuestionar la conducción de la empresa. En referencia a Recalde expresó: “Cree que va a estar por sobre la legislación laboral argentina. El derecho de huelga es constitucional”. No obstante, manifestó su deseo de que “esto se pueda llevar adelante con normalidad”.