ECONOMíA
› LAVAGNA APUESTA A TERMINAR CON LAS CUASIMONEDAS DURANTE ESTE MES
Ultima utopía de la gestión Duhalde
El Gobierno largó el proceso de canje de bonos provinciales por pesos. Participarán 9 provincias, incluida Buenos Aires. A último momento, se borró La Rioja. Empleados públicos y jubilados recibirán hasta 500 pesos por el valor nominal de los títulos. El resto se rescatará a valor de mercado. El mayor beneficio para los gobernadores sería político. Pero quedarán más restringidos financieramente.
El Gobierno anunció la puesta en marcha del canje de cuasimonedas por pesos para las 9 provincias que suscribieron el acuerdo. Los empleados públicos recibirán hasta 500 pesos por el valor nominal de los títulos, mientras que para el resto de los bonos en su poder y el resto de los tenedores –proveedores de los gobiernos provinciales y empresas de servicios públicos– el trueque será a valor de mercado. Como la mayoría de los bonos cotizan abajo de su valor facial, habría un ahorro fiscal importante. En total se rescatarían bonos por unos 4500 millones de pesos. Pero la operación no alcanzará a los lecops, que seguirán circulando para financiar los planes Jefas y Jefes de Hogar.
“En 2000 y 2001, empezaron a circular bonos, cuasimonedas provinciales que, cuando uno habla ellas desde el punto de vista teórico no cabe ninguna duda del efecto no conveniente, pero cuando uno lo pone en el debido contexto de la Argentina, tal vez vea las cosas distintas”, explicó ayer el ministro Roberto Lavagna. Y agregó que las cuasimonedas “en mucho casos, evitaron el colapso del sistemas de pagos y una caída aún más fuerte que la Argentina experimentó en el 2001”. Fue durante un seminario realizado por la mañana en la liberal FIEL, donde la proliferación de las monedas provincias se utilizó en reiteradas oportunidades para ejemplificar la decadencia del país.
Por la tarde, Lavagna anunció el plan para “terminar con la ramificación monetaria de este país: el programa de rescate se puede aplicar rápidamente y Argentina puede volver a tener una única moneda”, prometió el ministro.
Del acto, efectuado en el Salón Blanco, participaron el presidente Duhalde; el ministro del Interior, Jorge Matzkin; mandatarios provinciales y los presidentes de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, y de Senadores, José Luis Gioja.
Nueve de las 10 provincias incluidas en el decreto 743/03, publicado el 28 de marzo pasado, adhirieron al Programa de Unificación Monetaria. La única que decidió quedar al margen fue La Rioja, donde el menemista Angel Maza prefirió seguir con las manos libres a la hora de pagar a empleados públicos y jubilados provinciales con papeles de su propio cuño. En cambio, aceptaron la propuesta Buenos Aires (patacón), Tucumán (bocade), Formosa (bocanfor), Entre Ríos (bofe), Córdoba (lecor), Chaco (quebracho), Corrientes (cecacor), Mendoza (petrom) y Catamarca (título al portador).
El objetivo del Gobierno es que el plan finalice durante abril, aunque para que éste se inicie formalmente se necesitará una ley adicional del Congreso Nacional. Esa ley deberá habilitar al Banco Central a recibir Boden 2007 y 2012, que emitirá el Tesoro nacional para obtener los pesos que luego le serán entregados a las provincias para efectuar el rescate. Como contrapartida, las provincias asumirán una deuda con el Tesoro por el monto del rescate, la cual estará garantizada con los recursos de la coparticipación de impuestos.
Al término del acto, el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, comentó que los mandatarios se comprometieron a instruir a sus legisladores para que trataran la modificación legislativa necesaria la semana próxima. “La ley puede tratarse rápidamente sobre tablas y no habrá mayores dificultades en su sanción”, estimó.
El acta estableció como condición complementaria la “firma de convenios particulares con las provincias, para atender los aspectos específicos de cada una de ellas”. Esta aclaración fue solicitada por los gobiernos provinciales cuyas monedas experimentaron una marcada depreciación (ver cuadro) en el mercado, cotización que se tomará mayoritariamente en cuenta para el cambio de monedas. Justamente, para atenuar la pérdida de poder adquisitivo en pesos que sufrirían los tenedores al momento del canje, empleados públicos y jubilados gozarán de un tratamiento diferenciado:
podrán entregar sus bonos a una paridad 1 a 1 hasta 500 pesos. Por encima de esa cifra deberán aceptar los precios de cortes que surjan en cada licitación provincial, que se supone responderán a los valores de mercado. Instrumentalmente, los bancos de cada provincia abrirán cuentas a los tenedores de bonos para trocar las cuasimonedas por pesos.
A los gobernadores, el rescate de los bonos los beneficia políticamente. En especial, en aquellas provincias en que la devaluación de los papeles fue grande en relación con el peso. Sin embargo, desde el punto de vista financiero, las provincias saldrán perjudicadas, ya que cambiarán deuda que devenga un interés bajísimo y sin ninguna garantía, por una deuda con la Nación a una tasa de interés mayor y garantizada con la coparticipación. Como compensación, tendrían un ahorro fiscal, que surge de la diferencia entre el valor de rescate de los títulos y su valor nominal, al momento del vencimiento.
Sea como fuera, lo cierto es que toda la operación tendrá como base la emisión de pesos del Banco Central. En un principio se pensaba respaldar esta emisión con dólares provenientes de un préstamo del Banco Mundial, concedido al efecto. Pero Washington se borró. Y la única garantía serán más bonos del Tesoro nacional.
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