ECONOMíA
› VENTA BAJO SOSPECHA
La oferta del día
Royal Ahold puso en venta la cadena Disco, involucrada en denuncias por vaciamiento del Banco Montevideo.
› Por Raúl Dellatorre
La tercera cadena de supermercados del mundo, la holandesa Royal Ahold, anunció ayer que busca comprador para sus filiales en Latinoamérica, incluida Disco de Argentina. Quienes se encuentran investigando los negocios del Grupo Velox, de la familia Peirano, entienden que esta operación podría cerrar el círculo de una maniobra de vaciamiento del que fueron víctimas, entre otros, los ahorristas del Banco Montevideo, y en la que la cadena de supermercados argentina habría sido uno de sus principales instrumentos. “La propia Royal Ahold puso en revisión la contabilidad de Disco, porque duda del registro de sus transacciones, y nosotros estamos investigando si no hubo sobrefacturación en la compra de otros supermercados absorbidos por la cadena, en la creación de los centros de distribución y en otros gastos e inversiones”, comentó a Página/12 uno de los autores de la denuncia penal en Montevideo.
Ahold posee también supermercados en Brasil (Bompreco, Barbosa e Hipercard) y tiene sucursales en Perú y Paraguay de los supermercados Santa Isabel, cuya cabecera en Chile acaba de ser transferida a la trasandina Cencosud (Jumbo). El grupo holandés explicó, a través de un comunicado, que la venta de sus filiales latinoamericanas responde a la estrategia de “centrarse en sus mercados más fuertes con el fin de reducir su deuda”, que ascendería a 12.300 millones de dólares. Theo de Raad, directivo de Ahold, subrayó desde Holanda que Ahold quiere retirarse de Latinoamérica “de forma responsable”, cumpliendo con sus trabajadores, proveedores y clientes. Mientras tanto, en Uruguay avanza la investigación judicial sobre sus ex socios, la familia Peirano, de cuyas supuestas maniobras de vaciamiento “hubo participación, consciente o inconsciente, de Royal Ahold”, según afirman los denunciantes.
La investigación judicial en Uruguay, a cargo del juez penal Pablo Eguren, se inició a partir del cierre del Banco Montevideo, a mediados del año pasado, con un perjuicio para sus ahorristas de 30 millones de dólares. Pero rápidamente derivó hacia las maniobras financieras del Grupo Velox, propietario del banco, y se vinculó con las operaciones que en Argentina realizaba a través de los supermercados Disco. Eduardo Orteu, que llegó a la titularidad de Disco como persona de confianza de la familia Peirano, pero “sobrevivió” a la retirada del grupo de la sociedad, ya debió declarar ante Eguren y volverá a hacerlo la semana próxima, ya que los promotores de la denuncia sospechan que parte de los fondos de los ahorristas uruguayos podrían haberse esfumado entre las góndolas de la cadena minorista argentina.
Julio Kneit, ex funcionario de gobierno (fue presidente del Banco Hipotecario del Uruguay), asumió la representación de los ahorristas y se convirtió en principal impulsor de la causa. Siguió la pista del dinero hasta Holanda, donde viajó para recabar información, que luego volcó en los expedientes ampliando la denuncia que él mismo inició en la Justicia. En comunicación telefónica con Página/12, aportó otros elementos sobre los antecedentes de esta causa.
–¿Cómo nace la vinculación entre la estafa a los ahorristas del Banco Montevideo y la actividad de Disco en la Argentina?
–Apenas cae en default el Banco Montevideo, se empieza a comentar que Juan Peirano, que estaba prófugo, tramitaba la venta de las acciones de Disco, por valor de 500 millones de dólares, para devolverle la plata a los ahorristas. Siempre se presentó a dicha cadena de supermercados como el activo más fuerte del grupo, como una suerte de respaldo de los depósitos. Pero cuando se vendieron las acciones, el dinero se habría destinado a pagar deudas de Peirano que no estaban contabilizadas.
–¿Cómo llegan a esa conclusión?
–Hemos investigado una diferencia de 600 millones de dólares en los balances (consolidados) del Grupo Velox entre diciembre de 2001 y junio de 2002. En la primera de esas fechas, figuraban 800 millones de dólares comocapital neto. En la última, la cifra se había reducido a 200 millones. En el medio desaparecieron del patrimonio del grupo las acciones de Disco Ahold, del que conservaba una participación del 44,1 por ciento. Estas acciones fueron vendidas a Royal Ahold (propietario del 55,9 por ciento restante), que declaró que los 492 millones de dólares que pagó por la compra no se los entregó a los Peirano, sino que los aplicó a cancelar deudas de éstos con tres bancos europeos: el ING, ABN Amro y el Deutsche, deudas que los Peirano no tenían contabilizadas. El ING es socio al 5 por ciento (de participación) en Royal Ahold y tenía un préstamo a cobrar de 100 millones de dólares.
–¿Qué otro elemento existe para vincular las operaciones de Disco con el perjuicio a los ahorristas del Banco Montevideo?
–El primero es el de los préstamos no contabilizados del grupo. Según se declaró, los Peirano utilizaron esos préstamos para la compra de supermercados que agrandaron la cadena, para instalaciones en Mar del Plata, La Plata y Ezeiza, por ejemplo. Por lo tanto, (los bancos) tendrían que aparecer como acreedores de Disco Ahold y no del accionista. Por otra parte, así como hubo sobrefacturación en las operaciones de la filial estadounidense de Ahold (US Foodservice) por 500 millones de dólares, queremos saber si no la hubo también en las compras e inversiones de Disco. Actualmente hay auditores holandeses en Argentina revisando la contabilidad de Disco.
–¿Hasta dónde pueden llegar la cadena de responsabilidades si se comprueban las maniobras de las que ustedes sospechan?
–Ya está aclarado el destino del 90 por ciento de los fondos. A las 7 u 8 personas que están presas, seguramente se le agregarán otras más. La semana que viene tiene que declarar Eduardo Orteu (ex titular de Disco Ahold), que ya fue careado conmigo. También serán citados otros ex directivos de Argentina y también de Ahold de Holanda. Porque con los elementos que ya hay en la causa, se puede concluir en que hubo participación de Royal Ahold en las maniobras fraudulentas del Grupo Velox. Si consciente o inconscientemente, lo deberá determinar la Justicia.