La AFIP reglamentó el nuevo régimen de pedido de información anticipada sobre importaciones, que calificó de una “Ventanilla Unica Electrónica”. Lo hizo a través de la resolución general 3255, publicada ayer en el Boletín Oficial. El titular del organismo recaudador, Ricardo Echegaray, volvió a defender públicamente el nuevo esquema y, en forma más general, la política de administración de comercio. Frente a las críticas de los importadores que aseguran que en el mercado local hay escasez de mercancías, el funcionario responsabilizó a los propios empresarios. También criticó al titular de la UIA, José Ignacio de Mendiguren (ver aparte).

La nueva normativa había sido anticipada en parte por el propio Echegaray en conferencia de prensa la semana pasada, y por la titular de la Aduana, Siomara Ayerán, en una reunión con diversas cámaras empresarias. La AFIP definió ayer que los organismos gubernamentales que se adhieran al régimen deberán expedirse sobre las operaciones de importación en un plazo de 72 horas desde que la declaración jurada anticipada recibe la confirmación de haber ingresado al sistema hasta un máximo de 10 días corridos. Transcurrido ese lapso sin que el pedido de importación reciba observaciones por parte del Gobierno, las mercancías en cuestión podrán ingresar por Aduana sin complicaciones.

Echegaray defendió el nuevo régimen. “Hay que ahorrarle costos al importador, que sepa con anterioridad que un producto que viene a la Argentina tiene determinados recaudos. Le pusimos tecnología con la ventanilla única, para entrar por Internet y con cero contacto con ventanillas del Estado”, indicó. Rubén García, de la Cámara de Importadores (CIRA), admitió que puede haber una “mejora en los costos de la operatoria del comercio exterior”, y manifestó que las autoridades de Comercio Exterior terminarán de liberar el stock de productos que en la Aduana están a la espera de la firma de las licencias no automáticas. “Nos han prometido que la mayoría del stock antes del 31 de enero se va a aliviar considerablemente, y bienvenido sea”, dijo García.

La intención del gobierno es utilizar el nuevo régimen como una herramienta para extender la administración del comercio a todo el abanico de las importaciones. La lógica sería la misma que la utilizada en el caso de los productos sujetos a licencias no automáticas de importación, mediante las cuales los funcionarios negociaban el ingreso de mercancías importadas a cambio de que las firmas mejoren su inserción exportadora, equilibren su ecuación comercial y asuman compromisos en materia de precios al mercado interno e inversiones. El resultado más exitoso de ese esquema es el de maquinaria agrícola, donde hubo compañías que se radicaron en el país ante las dificultades para importar. Sin embargo, en otros casos, como las automotrices no radicadas, el criterio de lograr el equilibrio en el intercambio de divisas llevó al Gobierno a convalidar el ingreso de autos de alta gama a cambio de ventas externas de commodities.

La administración del comercio que despliega el Gobierno, aseguran empresarios, genera que haya faltantes en los comercios de algunos productos de la línea blanca. Echegaray admitió que esta situación se da en la actualidad, pero la vinculó con el accionar empresario. “El propio importador dice que la demanda que tiene no es tan importante como para que genere un flujo de importaciones de largo plazo: eso es decisión empresaria”, expresó.