ECONOMíA › EL ORGANISMO REVISó A LA BAJA SUS PRONóSTICOS PARA 2012
› Por Javier Lewkowicz
Lejos de las ideas que dan vida al Foro Social Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) mantiene lo que ya se transformó en un círculo vicioso (o virtuoso, de acuerdo a quién lo mire): presiona a los gobiernos para que ejecuten un ajuste fiscal y barran con derechos adquiridos de los trabajadores, reconoce que empeoraron las perspectivas de recuperación económica y al fin vuelve a recomendar su receta. El Fondo ayer corrigió a la baja sus pronósticos y anticipó que la zona euro decrecerá 0,5 por ciento en 2012. La economía mundial avanzaría 3,3 por ciento en el año, apenas por debajo del promedio de América latina y el Caribe. Si bien las estimaciones del organismo multilateral distan de ser precisas y suelen tener también condimentos políticos, en este caso reflejan que de manera sistémica la economía mundial tendrá menor dinamismo en 2012, principalmente por la desmejora europea y la persistencia en el estancamiento estadounidense. Precisamente en los países desarrollados es donde el menú de medidas de política económica para apuntalar la recuperación reviste el carácter más ortodoxo.
“Las proyecciones apuntan a una desaceleración de la actividad mundial, pero no a su colapso. La mayoría de las economía avanzadas evitan una nueva recesión, mientras que las economías emergentes y en de-sarrollo ven desacelerarse el fuerte ritmo de la actividad. Sin embargo, ese pronóstico parte del supuesto de que en la Zona Euro las autoridades redoblan sus esfuerzos para hacer frente a la crisis”, analiza el FMI en su informe “Perspectivas de la economía mundial”, publicado ayer.
Esos “esfuerzos” se detallan en la parte final del documento. Uno de ellos es el “ajuste fiscal”, que por ahora, asegura el Fondo, “es suficiente en la mayoría de las economías avanzadas”. Luego de admitir que “un ajuste fiscal excesivo a corto plazo socavará aún más la actividad”, el organismo asegura que a mediano plazo Estados Unidos y Japón deberían “frenar el crecimiento del gasto en atención de la salud y pensiones”, entre otras medidas. En cambio, continúa recomendando una política monetaria expansiva, que en general termina beneficiando, como en el caso europeo y estadounidense, en mayor medida al sistema financiero.
Esas recetas no son muy distintas de las que recomendó el FMI desde el comienzo de la crisis y fueron aplicadas por muchos países europeos. El resultado es que las perspectivas de crecimiento de la eurozona en 2012 pasaron para el Fondo de un alza de 1,1 por ciento a una baja de 0,5 por ciento. Alemania pasó de 1,3 a 0,3 por ciento y Francia de 1,4 a 0,2. La peor parte se la llevó España, que pasó de una proyección de 1,1 a -1,7, seguido por Italia, de 0,3 a -2,2 por ciento. “Italia y España han realizado grandes mejoras en el plano fiscal, pero es necesario que vayan complementadas con reformas estructurales, como las que hemos empezado a ver”, indicó Carlo Cotarelli, jefe del departamento fiscal del FMI.
Distinta es la postura de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), que en su último informe de coyuntura destacó que “los movimientos actuales hacia políticas de austeridad van a empeorar los problemas del mercado de trabajo. La experiencia demuestra que hay que llevar adelante políticas activas de creación de empleo y estimular la inversión”.
Mientras empeoran las perspectivas de crecimiento de Europa, en Estados Unidos la proyección sobre la actividad económica se mantiene sin cambios, con una expansión de 1,8 por ciento. La economía mundial, en tanto, crecería 3,3 por ciento impulsada por la periferia, que en conjunto avanzará 5,4 por ciento. Sin embargo, para el FMI también ese grupo de países se desacelerará. América latina pasaría de 4 a 3,6 por ciento.
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