ECONOMíA › EL PLAN ESTRATéGICO QUINQUENAL PARA RECUPERAR YPF
Un plan de corto plazo “de alto impacto” para detener la declinación, una política de recuperación de los yacimientos maduros y un ambicioso desarrollo de los recursos no convencionales son los ejes centrales del plan quinquenal.
› Por Raúl Dellatorre
La nueva conducción de YPF, bajo control del Estado, inauguró su gestión lanzando un ambicioso plan de inversiones que promete revertir, a lo largo de los próximos cinco años, el proceso de declinación que sufrió la producción de hidrocarburos a partir de 1999. “Para lograr objetivos más ambiciosos, antes que correr tenemos que empezar a caminar”, fue la metáfora elegida por Miguel Galu-ccio, presidente del Directorio y CEO de la compañía (la suma del control de YPF, según señaló Cristina en su discurso, “para evitar el doble comando”) al referirse al paso de importador neto a exportador de hidrocarburos que se espera alcanzar. La producción de petróleo y gas ha venido declinando a un promedio del seis por ciento anual desde el 2000 en adelante, Galuccio prometió un aumento del 6 por ciento anual hasta 2017. Lo alcanzará con un audaz plan de inversiones y de aumento en el ritmo de perforación de pozos, según describió. En un tono calmo que, sin embargo, mantuvo la tensión en la sala durante toda su alocución, el nuevo CEO reclamó la colaboración de empresas de servicios, colegas, inversores, especialistas y trabajadores para cumplir la tarea. Cristina comprometió la que le corresponde: “Este gobierno hará lo indecible para que la gestión de YPF sea exitosa”, aseguró.
Galuccio trazó la estrategia de YPF dividida en tres etapas: una primera “de alto impacto”, para revertir la tendencia negativa y recuperar la credibilidad; una segunda etapa de crecimiento apuntada a cada una de las áreas de actuación (yacimientos maduros, recursos no convencionales, refino y comercialización), y una tercera, enunciada como la formulación de “un nuevo paradigma para cambiar el futuro del sector energético”.
El plan estratégico hasta ahora existente (elaborado bajo el control de Repsol y la gestión del grupo Eskenazi) proyectaba la realización de 600 pozos de producción para este año, 80 menos que el año pasado. Repitiendo la misma performance en los próximos años, estimó Galuccio, la producción habría seguido declinando, y “de los 10 mil millones de dólares que tuvimos que importar en 2011, hubiéramos pasado a una situación mucho peor”. Este cuadro de situación, prometió el CEO, comenzará a revertirse en la segunda mitad de este año, con un aumento en la actividad en los yacimientos que permitirá llegar a 746 pozos perforados a fin de año y a mil pozos anuales entre 2013 y 2017. Para ello, se pondrán en funcionamiento 20 equipos de perforación adicionales (sobre los 30 actuales). Así, aseguró, se logrará al menos detener la caída en la producción de petróleo y gas. “Me gustaría decirles hoy que podemos aumentar la producción de la noche a la mañana, pero no soy mago”, dijo Galuccio.
Los pilares del crecimiento de la producción, en cambio, estarán basados en el proyecto de “rejuvenecimiento de yacimientos maduros” y en el inicio del “desarrollo intensivo de reservorios no convencionales”. El plan piloto en áreas de perforación no convencional (shale gas y shale oil) abarcará, en 2013, un área de 40 km2 en petróleo, con una inversión de 1200 millones de dólares. Se prevé perforar 132 pozos de los que se obtendría una producción de 55 millones de barriles. En una segunda etapa, que abarca hasta el año 2017, se decuplicaría lo realizado durante el plan piloto.
Sumando estos esfuerzos, la producción total de petróleo y gas de YPF pasaría de los 159 millones de barriles equivalentes de crudo actuales a 216 millones para 2017, con un crecimiento acumulado anual del 6 por ciento.
El plan a cinco años para lograr el autoabastecimiento del mercado interno de combustibles contempla, para el segmento de refinación y comercialización de la compañía, un aumento del 10 por ciento en la utilización de la capacidad existente, un incremento del 20 por ciento en la capacidad de procesamiento y un incremento del 10 por ciento en el factor de conversión (entre distintos combustibles y derivados). La producción total de combustibles (naftas, gasoil y fuel) se elevaría este año a 11,4 millones de metros cúbicos, con una utilización de planta del 89 por ciento (la gestión anterior había previsto usar el 81 por ciento). El plan quinquenal llevaría la producción a 16,3 millones, un 43 por ciento superior a la de este año y “suficiente para abastecer el consumo anual de 12 millones de automóviles”.
El relanzamiento del plan de exploración (búsqueda de nuevas reservas) contempla la perforación de 50 pozos por año, duplicando la actividad actual. El plan prevé una cobertura integral de cuencas, las que están productivas y las nuevas, en el continente y off-shore.
El denominado plan de “alto impacto” para revertir la declinación demandaría una inversión de 3500 millones de dólares para este año. El de crecimiento para los próximos cinco años, unos 7000 millones de dólares anuales. Según la previsión, estos recursos (38.500 millones de dólares) serán “mayoritariamente financiados con flujo propio proveniente de las operaciones” de la empresa.
Galuccio planteó que, con su equipo, trabajan en distintas modalidades de negocio, adaptadas a cada necesidad. YPF tendrá “socios operadores”, enfocados y especializados en el tipo de yacimiento a explotar; “socios estratégicos”, expertos en producción no convencional (shale); “socios tecnológicos” en servicios y aplicaciones para producción no convencional, y “socios financieros”, fondos de inversión de riesgo u otros con origen en mercados de capital locales e internacionales.
Pero la perla de la gestión de YPF serán los recursos no convencionales, de acuerdo con las expectativas de Miguel Galuccio. “El potencial de recursos no convencionales de Argentina está entre los más importantes del mundo”, repitió el CEO, aclarando que no se refería únicamente a la formación Vaca Muerta, que se extiende en el subsuelo de Neuquén penetrando en Mendoza. También hay desarrollos en las cuencas Noroeste, Cuyana, Golfo san Jorge y Austral, así como en la Chaco-Paraná. De todos modos, la formación Vaca Muerta sigue siendo por ahora la de mayor proyección. “Cerca del 15 por ciento de la extensión de Vaca Muerta podría cubrir el déficit energético del país”, se ilusiona –y lo contagia– la nueva conducción de YPF.
Galuccio aseguró que la acumulación de experiencia de YPF en materia de recursos no convencionales y recuperación de yacimientos maduros podría llevarla a una posición de liderazgo en la materia a nivel de Latinoamérica. Y apuntó, abriendo una nueva ventana de expectativas, que será necesario incorporar “diez mil personas” al plantel de YPF para desarrollar toda la tarea prevista. Nuevo personal que deberá capacitarse, para lo cual mencionó que ya se trabaja en el desarrollo de programas conjuntos de formación con el Ministerio de Educación y el de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
Al cerrar su presentación, sin subir el tono de voz, Galuccio aseguró que lo proyectado “es posible”. La gran mayoría de los que asistieron ayer a la presentación en el Salón San Telmo quieren creer que es cierto, que ayer empezó a cambiar la historia.
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