La nueva YPF bajo gestión estatal funcionará como un factor dinamizador para la industria y la economía local en el actual escenario de desaceleración del crecimiento. Solamente este año, la petrolera invertirá 3500 millones de dólares, y durante el período 2013-2017 planea desembolsar 7000 millones anuales. El flamante presidente, Miguel Galuccio, presentó el martes pasado los lineamientos de lo que será el Plan Estratégico de la petrolera con el que buscará comenzar a revertir la tendencia negativa en materia de producción, reducir las importaciones y lograr el autoabastecimiento de hidrocarburos. Además, comenzará la explotación de los recursos no convencionales. Los primeros pasos para el desarrollo significativo en shale oil y shale gas costará 1360 millones de dólares que serán, según afirmó Galuccio, autofinanciados por la compañía. Los lineamientos de la estrategia de YPF están divididos en tres ejes. El primero, “de alto impacto”, buscar revertir la tendencia negativa y recuperar la credibilidad; el segundo, “de crecimiento”, apunta a las metas en cada una de las áreas de la firma (yacimientos maduros, recursos no convencionales, refinación y comercialización), y el tercer eje fue enunciado como la formulación de “un nuevo paradigma para cambiar el futuro del sector energético”. Ese proceso estará acompañado por la creación de 10 mil puestos de trabajo en el próximo lustro.

- Producción de petróleo y gas: Este año la empresa cortará con la tendencia negativa del 6 por ciento anual observada desde el año 2000. El titular de YPF prometió un incremento del 6 por ciento anual en la producción de petróleo y, fundamentalmente, gas hasta 2017. El objetivo es reducir importaciones de hidrocarburos que el año pasado rondaron los 10 mil millones de dólares sumando presiones en la cuenta corriente, y recuperar el autoabastecimiento. Los pilares del crecimiento de la producción estarán basados en el “rejuvenecimiento de yacimientos maduros” y en el inicio del “desarrollo intensivo de reservorios no convencionales”. Los primeros pasos en la materia ya se dieron durante el período de la intervención a cargo de Julio De Vido y Axel Kicillof.

- Más pozos, más exploración y más equipos de perforación: El plan estratégico existente hasta el momento (elaborado bajo el control de Repsol y el grupo Eskenazi) proyectaba la realización de 600 pozos de producción para este año, 80 menos que el año pasado. Galuccio anunció que en 2012 pasará de 683 hasta 746 pozos y en 2013, a 1019, un nivel que YPF no alcanzaba desde 1996. Para lograrlo, se pondrán a trabajar 20 equipos de perforación adicionales sobre los 38 actuales. Para dentro de cinco años, la petrolera alcanzará un ritmo de 1345 perforaciones de pozos productivos al año y contará con 70 equipos en funcionamiento.

La ampliación de pozos productivos estará acompañada por el relanzamiento del plan de exploración (búsqueda de nuevas reservas). La iniciativa contempla la perforación de 50 pozos por año, duplicando la actividad del último lustro. El plan prevé una cobertura integral de cuencas, las que están productivas y las nuevas, en el continente y off shore.

- No convencional: El plan piloto en áreas de perforación no convencional (shale gas y shale oil) abarcará, en 2013, una superficie de 40 kilómetros cuadrados en petróleo, con una inversión de 1200 millones de dólares. Se prevé perforar 132 pozos de los que se obtendría una producción de 55 millones de barriles. En una segunda etapa, que abarca hasta el año 2017, Galuccio estimó que se multiplicará por 10 veces lo realizado durante el plan piloto. Para el gas no convencional el área a explotar será de 5 kilómetros cuadrados que requerirá un desembolso de 160 millones de dólares para perforar 14 pozos. “El potencial de recursos no convencionales de Argentina está entre los más importantes del mundo”, afirmó el titular de la empresa, aclarando que no se refería únicamente a la formación Vaca Muerta, que se extiende en el subsuelo de Neuquén penetrando en Mendoza. También hay desarrollos en las cuencas Noroeste, Cuyana, Golfo San Jorge y Austral, así como en la Chaco-Paraná.

El especialista del Clicet, Ricardo de Dicco, explicó en una entrevista publicada en el suplemento Cash que “en Vaca Muerta, donde a YPF le corresponde un 40 por ciento de la superficie, en tres años se podrían extraer 16 millones de metros cúbicos diarios adicionales de gas natural y unos 130.000 barriles diarios adicionales de petróleo. Una vez celebrada con la empresa que corresponda la sociedad estratégica con YPF, la empresa socia deberá efectuar una primera inversión de 25.000 millones de dólares, la administración de tal inversión la efectuará exclusivamente YPF y los beneficios serán luego compartidos en partes iguales”.

- Financiamiento: Los 38.500 millones de dólares necesarios para el primer lustro serán “mayoritariamente financiados con el flujo propio proveniente de las operaciones” de la empresa. Pero el equipo de YPF y el Ministerio de Planificación trabajan en distintas modalidades de negocio para los distintos proyectos. YPF tendrá “socios operadores”, enfocados y especializados en el tipo de yacimiento a explotar; “socios estratégicos”, expertos en producción no convencional (shale); “socios tecnológicos” en servicios y aplicaciones para producción no convencional, y “socios financieros”, fondos de inversión de riesgo u otros con origen en mercados de capital locales e internacionales.

YPF mantiene sin distribuir alrededor de 6000 millones de pesos que le permitirán dar los primeros pasos. Mientras tanto, se avanzará en la búsqueda de socios. Las empresas extranjeras interesadas en invertir en recursos no convencionales habían comenzado a dialogar con Planificación incluso antes de la expropiación. Algunas ya están operando en la exploración de Vaca Muerta, incluso algunas de capital local. El Estado también podría volcar recursos para invertir en estos desarrollos, ya sea a través del Fondo de Garantías de Sustentabilidad de Anses o la emisión de una letra del Tesoro. A su vez, YPF también puede pedir préstamos internacionales en bancos de desarrollo.

Finalmente, también está en consideración del equipo que conduce el viceministro de Economía, Axel Kicillof, la posibilidad de habilitar espacios para pequeños inversores locales a través de distintos instrumentos. Así como las restricciones a la compraventa de moneda extranjera direccionaron recursos hacia la compra de autos, la creación de un fideicomiso de YPF podría ofrecer una alternativa para la colocación de los excedentes y evitar su fuga de la economía. Se trataría de inversiones rentables, pero simbólicas, por su magnitud en el total de los proyectos. Esos instrumentos podrían representar una opción, por ejemplo, para los tenedores del Boden 2012, que en agosto realizará su último vencimiento, con reservas del Banco Central, por más de 2000 millones de dólares.

- Investigación y desarrollo: La nueva YPF comenzará a recuperar los centros de formación de profesionales y los laboratorios de investigación científico-tecnológica como el que funcionaba en Florencio Varela. El punto de partida para ese proceso se realizará a través de la Fundación YPF, donde Galuccio y el ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, ya comenzaron a trabajar. La orientación de esa institución pasará a privilegiar la formación de técnicos y desarrollos de tecnología para emular la lógica de Invap antes que la filantropía de las sociedades de beneficencia.

En 2010, Repsol destinó sólo 8 millones de dólares para que YPF realice actividades de Inversión y Desarrollo (I+D), mientras que desembolsó 44 millones de dólares para publicidad y otras acciones de marketing. Según explicó recientemente el subsecretario de Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Fernando Peirano, en un artículo publicado en el suplemento Cash de este diario, “el 30 por ciento se consignó a contratos con centros e institutos extranjeros, reduciendo entonces más aún el impacto indirecto sobre la generación de capacidades nacionales en materia de ciencia, tecnología e innovación”.

- Refinación y comercialización: En sus tres refinerías –Ensenada, Luján de Cuyo y Plaza Huincul– la firma anunció un aumento del 10 por ciento en la utilización de la capacidad instalada, un incremento del 20 por ciento en la capacidad de procesamiento y un incremento del 10 por ciento en el factor de conversión (entre distintos combustibles y derivados). La producción total de combustibles (naftas, gasoil y fuel) se elevaría este año a 11,4 millones de metros cúbicos, con una utilización de planta del 89 por ciento (la gestión anterior había previsto usar el 81 por ciento). El plan quinquenal llevaría la producción a 16,3 millones, un 43 por ciento superior a la de este año y “suficiente para abastecer el consumo anual de 12 millones de automóviles”. Para eso se deberán llevar y sostener, en el 98 por ciento los niveles de utilización de la capacidad instalada.