Las expectativas por el proceso electoral habrían postergado las decisiones de contratación de personal de las empresas que pesan fuerte en el mercado laboral. Ese factor habría sido el origen de la interrupción, en el mes de abril, de la recuperación que venía registrando la demanda laboral hasta marzo, de acuerdo al informe realizado por el Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella. Con respecto a abril del año pasado, los pedidos de empleo por avisos clasificados aumentaron este año en un 93,6 por ciento, pero aún se ubican un 15 por ciento por debajo de los correspondientes a abril de 2001.
Diversos indicadores parciales dan cuenta de una desaceleración en la recuperación económica que parecía registrarse hasta marzo. Un síntoma en ese sentido sería la demanda laboral, que tras la clara tendencia creciente verificada a partir de abril del año pasado, en marzo de este año pareciera haber alcanzado un techo. Sin embargo, la UTDT en su informe señala que “la recuperación del empleo y de la actividad económica debería mantenerse en el futuro cercano”, en base a “la sólida tendencia” al crecimiento que observa el sector industrial.
El Indice de Demanda Laboral de la UTDT recuperó, entre marzo y abril últimos, el nivel que ostentaba en julio/agosto de 2001, en torno de los 69 puntos (valor 100 en el año 2000). Pero lo que tardó siete meses en caer al nivel más bajo (marzo de 2002), tardó un año en recuperarlo, lo que hace evidente que la recuperación es más lenta que la caída. Por otra parte, para recuperar los niveles de marzo del 2000, por ejemplo, la demanda laboral por avisos clasificados debería aumentar todavía más de un 50 por ciento con respecto a su marca actual.
Hoy se dará a conocer la evolución del índice de precios al consumidor elaborado por el Indec. Según anticipó ayer una fuente del Ministerio de Economía, el aumento del costo de vida durante el mes pasado no superaría el 0,5 por ciento, constituyéndose así –de confirmarse– en el mes de más baja inflación en lo que va del año. La tendencia bajista viene experimentándose desde enero: en dicho mes los precios subieron 1,3 por ciento y en los dos meses siguientes el índice trepó 0,6 por ciento en cada uno. La baja en la cotización del dólar operaría como principal ancla a los precios minoristas, principalmente en alimentos, aunque la falta de una demanda sostenida también aporta a la estabilidad.
Un estudio realizado por la asociación Consumidores Libres en Capital Federal, en base al relevamiento de dos cadenas de supermercados en cuatro barrios porteños, arroja como conclusión que los precios de la denominada Canasta Familiar habrían aumentado en abril el 0,8 por ciento. Naranjas, papa, jabón de tocador, manzanas y arroz serían los productos que más aumentaron –del 6 al 10 por ciento– en dichos puntos de venta el mes pasado. Los que más bajaron de precio, según el mismo informe, son tomates, agua sin gas, tapas para empanada y queso port salut, todos con descensos mayores al 8 por ciento. Según los autores del trabajo, el relevamiento comprobó que sigue verificándose una preferencia de los consumidores por las segundas marcas, “cuya diferencia de precio respecto de las líderes oscila entre un 30 y un 40 por ciento”.
En cambio, un relevamiento realizado por Adelco indica que el precio de una canasta familiar de 28 productos de primera necesidad subió entre el 3 de abril y el primero de mayo el 2,4 por ciento.