Las palabras de Anne Krueger fueron recibidas por la administración Duhalde como el diploma de graduación de un estudiante aplicado. La número dos del FMI había dicho el martes que para sorpresa de todo el mundo, incluso de ella misma, Argentina había vuelto a crecer sin caer en la hiperinflación.
“El reconocimiento de los logros de la nueva política económica efectuado por el organismo internacional es un dato de gran valor, habida cuenta de que las negociaciones de este gobierno con el FMI vivieron momentos de dificultades, fruto de los cambios planteados por Argentina en las condiciones del acuerdo”, aseguró ayer el gobierno a través de un comunicado oficial.
La declaración se conoció después de que la misión del FMI aceptara cambiar la proyección de crecimiento del PBI del 1 por ciento original al 4 y reducir la previsión de inflación del 35 a un más moderado 15 a 20 por ciento. Esa revisión fue festejada como un triunfo por el equipo de Roberto Lavagna, quien desde un principio cuestionó las proyecciones pesimistas del Fondo. Pero aceptó esos números a regañadientes en enero, en la desesperación por cerrar un acuerdo de corto plazo con el organismo. El ministro también consiguió en las últimas horas que la misión del FMI encabezada por John Dodsworth autorizara un aumento de la emisión monetaria en 3000 millones de pesos entre abril y julio, con los cuales comprar dólares y sostener así su cotización arriba de los 2,80 pesos.
El Gobierno tampoco perdió la oportunidad para señalar que la recuperación de los indicadores de actividad se debió a “la instauración de un modelo económico antagónico al aplicado en las décadas del ‘80 y ‘90”. Y destacó que ese nuevo modelo “ha mostrado en poco tiempo que es el adecuado para comenzar a crecer con estabilidad, para volver a desarrollar la producción y el empleo y para reinsertarnos con soberanía en el mundo”.