ECONOMíA › LA PRESIDENTA NEGó CHANCES A UNA DEVALUACIóN Y RECHAZó QUE SE TRABEN IMPORTACIONES ESENCIALES
El acto por el Día de la Industria contó con la participación de todo el arco empresario del sector fabril. Cristina Kirchner fue la única oradora. Destacó el proyecto político de industrializar al país y anticipó datos que muestran una mejora económica.
› Por Javier Lewkowicz y Cristian Carrillo
La presidenta de la Nación, Cristina Fernández, aseguró en el acto de celebración por el Día de la Industria, frente a unos mil empresarios de todos los sectores productivos, que “el tipo de cambio no está retrasado” y que, en relación a las restricciones a las importaciones, “hay mucho de mito urbano”. También insistió sobre la necesidad de modificar la legislación de riesgos del trabajo y subrayó la importancia de los sectores intensivos en tecnología. Volvió a asegurar a los empresarios que “el Estado va a sostener la demanda agregada”, aunque les pidió que “afinen el lápiz” para aceptar márgenes de rentabilidad menores a los excepcionales valores de años anteriores.
“Podrán pensar que voy a hablar del modelo económico”, comenzó CFK en el auditorio central de Tecnópolis. “Sucede que no estamos frente a un modelo económico. La industrialización no es una variable del modelo, sino que responde a un proyecto político de país. Es la decisión de no ser un país productor de materias primas sin agregación de valor”, indicó. La caracterización de proyecto político en lugar de “modelo” le permitió a CFK resaltar que hay “instrumentos que un día sirven y que otro día no sirven”. “Algunos creen que las reglas de un modelo económico tienen que ser fijas, estáticas. Pero el corazón del proyecto es el crecimiento, la generación de trabajo, el consumo y la reindustrialización”, señaló.
Una de las variables que economistas críticos señalan como un rasgo que en la actualidad luce diferente en relación con los primeros años de los gobiernos kirchneristas, uno de los “pilares del modelo”, es el tipo de cambio, que se ha apreciado en comparación con el altísimo valor que tomó al comienzo de la posconvertibilidad. Cristina Fernández citó a José Ignacio de Mendiguren para retomar ese argumento disidente.
“El Vasco –en relación con el titular de la UIA– indicó que todavía nuestra matriz productiva depende de las importaciones. Por eso dice que sería bueno que no haya restricciones a las importaciones. Al mismo tiempo, indica que el tipo de cambio está retrasado”, citó CFK. “Como tenemos una matriz productiva muy dependiente de las importaciones, un aumento del dólar sería perjudicial. Con el tipo de cambio alto favorecemos al sector primario y perjudicamos a la industria, que tiene que seguir el proceso de sustitución de importaciones. Hay una inconsistencia en el pedido de restricciones y tipo de cambio devaluado, que atenta contra el sector productivo”, criticó, y aseguró que “el tipo de cambio no está retrasado”.
Luego aprovechó para criticar, sin nombrarlo, a Hugo Moyano, que se quejó días atrás por un supuesto atraso en el tipo de cambio. “Es la primera vez que el sector gremial pide una devaluación, porque el primer perjudicado por la devaluación son los trabajadores, que impacta en el corazón del salario. Es clave para la industria seguir con la sustitución de importaciones y para eso necesitamos un tipo de cambio de equilibrio”, señaló. En lugar de Moyano, quien un año atrás, en el mismo auditorio de Tecnópolis, participó del acto como orador, asistieron al encuentro gremialistas afines al Gobierno, encabezados por los metalúrgicos Antonio Caló, titular de la UOM, y Ricardo Pignanelli, de Smata, entre otros.
Los miembros del gabinete se dispersaron en distintas mesas. La titular de Industria, Débora Giorgi, junto al de Planificación Federal, Julio De Vido, y de Economía, Hernán Lorenzino, fueron los únicos que compartieron la mesa principal con la Presidenta. También formaron parte de ese selecto grupo Mendiguren, Juan Carlos Lascurain, de Adimra, y Osvaldo Cornide, de CAME, de parte de las cámaras empresarias. También estuvieron los principales directivos de la brasileña Camargo Correa, que maneja la cementera Loma Negra; Alpargatas, Toyota, la cerealera AGD y la multinacional de software Globant.
Varios intentos por parte de la locutora oficial del evento de solicitar a los empresarios que se ubiquen en los lugares que las invitaciones personales especificaban antecedieron al video con datos sobre la recuperación de la industria, que despertó, en el momento en que el ex presidente Néstor Kirchner asegura que no dejará las convicciones en la puerta de la Casa Rosada, el primer aplauso. De todos los invitados, 400 pertenecían a la UIA y 230 a la Cgera, las entidades que más convocaron.
La Presidenta no dejó de referirse a la política de administración de comercio, una de las principales preocupaciones del empresariado. “Con respecto a las restricciones hay mucho de mito urbano. Leí el fin de semana que un conocido director de cine –en relación con Enrique Piñeyro– se quejaba por no poder importar unos equipos. Lo llamé al secretario de Comercio Interior para ver qué equipos estaban detenidos, pero en realidad pasaba que el director no había iniciado nunca el trámite de importación. Lo mismo sucede con los medicamentos, es absurdo pensar que este gobierno puede negar la importación de productos médicos para la salud. Hay una batalla comercial en el mundo, y lo que vamos a seguir haciendo es defender la industria nacional a rajatabla”, aseguró Cristina ante los empresarios, que respondieron con aplausos.
La Presidenta señaló la importancia del sector del software, productos farmarcéuticos y medicinales para sanidad animal, biotecnología y los recientes anuncios en la producción de aerosoles, donde Argentina es el quinto productor mundial. “Nos debemos un desa-rrollo industrial en materia de microelectrónica, es el gran desafío”, anticipó. Volvió a pedir a los bancos que aceleren la entrega de préstamos a la producción como solicita el Banco Central. Hasta ahora lo hicieron en 1580 millones de pesos, un 10 por ciento del total estipulado. “Cuando presten todo, porque lo van a prestar, habrán contribuido a aumentar un punto el PBI”, aseguró. Uno de los momentos de mayor euforia empresarial fue cuando CFK expresó su deseo de modificar la ley de riesgos del trabajo, estableciendo montos indemnizatorios anuales para evitar la enorme cantidad de juicios.
La mandataria remarcó el dinamismo del consumo cuando mencionó que la recaudación en agosto llegó a 60.456 millones de pesos, un alza de 29,4 por ciento, y aseguró que “vamos a crecer, tal vez no como 2010 y 2011, pero vamos a crecer”. “Hoy estamos en un puente sobre aguas turbulentas”, citó a Simon & Garfunkel.
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