La Asociación Empresaria Argentina (AEA), una tradicional organización del establish-ment local, respaldó la posición del Grupo Techint en medio del tensionado vínculo con el gobierno nacional. El propio holding y el Grupo Clarín son los principales asociados de AEA. Por su parte, el vicepresidente Amado Boudou se sumó a los cuestionamientos al dueño de la compañía por sus críticas al rumbo económico. “Cuando Paolo Rocca habla de competitividad es que quiere bajar salarios y una economía para la minoría”, acusó.

A través de un comunicado, AEA defendió ayer “el decidido y sostenido apoyo a las Pymes que integran la cadena de valor del grupo Techint” y destacó “los niveles de productividad y eficiencia que le permiten pagar remuneraciones en los niveles más altos”. En sintonía con las declaraciones de Rocca, el texto de la entidad patronal ignora el rol del Estado en el crecimiento y sostenimiento de Techint y el resto de las empresas que componen esa asociación, a través de políticas de protección comercial y de subsidios. Por el contrario, AEA recurre al tradicional discurso neoliberal para reclamar que “emprendedores y empresarios puedan desplegar al máximo su dinamismo y capacidad innovadora”.

El jueves, el viceministro de Economía, Axel Kicillof, explicó que al pedir mayor competitividad “la frustrada burguesía nacional” reclama “una megadevaluación”. Asimismo, el funcionario sostuvo que el Gobierno podría “bajar el precio de la chapa” y “fundir al señor Rocca”, afirmación que le valió la crítica del empresario agropecuario Biolcati. Si bien Kicillof afirmó que eso no sucedería, sino que trataba de mostrar el escenario si se eliminan las barreras de protección comercial que benefician a Techint, el economista afirmó que “vamos a seguir apoyando la industria nacional, pero uno no puede seguir subsidiándolos toda la vida”. Las declaraciones de Kicillof fueron cuestionadas por un extenso grupo de políticos y empresarios, como el titular de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati.

Las polémicas declaraciones de Rocca tuvieron lugar el lunes pasado, durante un encuentro con un reducido grupo de ingenieros, el mismo día que parte de los directivos de su firma compartieron con CFK la cena por el Día de la Industria en Tecnópolis. La Academia Nacional de Ingeniería emitió ayer un comunicado para “aclarar” los dichos del empresario. “El principal mensaje recibido se refirió a la evolución positiva que tuvo el desarrollo de la industria en los últimos años”, asegura.

Para esa organización, las afirmaciones de Rocca formaron parte de un “análisis de los desafíos y dificultades para seguir creciendo y mejorar la competitividad de la industria”. Entre esos “desafíos y dificultades” se ubicaría la afirmación de Rocca sobre “la pérdida de rumbo desde 2008” o la “falta de inversión”. Los ingenieros consideraron que el encuentro con el titular de Techint “concluyó con una visión optimista hacia el futuro”, en referencia a los presagios del empresario, quien afirmó que “en 2018 Argentina va a ser un país muy distinto del que es hoy, somos optimistas”. La proyección de Rocca apunta al período post CFK, cuyo mandato concluye en 2015, cuando el nuevo gobierno haya tenido dos años para abordar los “problemas de competitividad”.

El eje de los lamentos de Ro-cca estuvo puesto en los elevados costos laborales. “El costo de un obrero industrial en Argentina es de 24 dólares por hora, contra 12 dólares en México y 9 en Brasil. Eso sí, el operario argentino sigue siendo el más calificado”, indicó Rocca. En 2010, como parte del debate del proyecto sobre participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas, el diputado del FpV Héctor Recalde realizó una presentación donde evidenciaba la elevada rentabilidad empresaria y los bajos costos laborales. El caso de Tenaris, uno de los principales activos de Techint, mostraba un abultado nivel de ganancias del 40 por ciento, por encima del promedio de la economía, mientras que el peso de los costos laborales sobre los costos totales solamente representaba el 15 por ciento, en sintonía con el resto de las actividades, que arrojaban un promedio de 11 por ciento.