Mar 20.05.2003

ECONOMíA

La recuperación industrial chocó contra el techo en el mes de abril

Tras nueve meses de crecimiento ininterrumpido, en abril la expansión industrial se encontró con los límites estructurales. Sin inversión, el repunte encontró su techo en un nivel de demanda y una capacidad instalada que no son mayores a los previos a la recesión.

› Por Claudio Scaletta

En abril, por primera vez luego de 9 meses de crecimiento ininterrumpido, el Estimador Mensual de la Actividad Industrial (EMI) rompió su tendencia de crecimiento. La caída mensual de 0,8 por ciento muestra lo que ya se había insinuado durante el mes de marzo: que tras la recuperación de los niveles piso del primer semestre de 2002 la producción manufacturera parece haber alcanzado un techo bajo los actuales niveles de inversión, demanda y capacidad instalada. También que un dólar por debajo de los 3 pesos frena el incentivo para los fabricantes locales en algunos sectores. Los números de abril muestran tanto la contraccción del crecimiento de las exportaciones como la recuperación de las importaciones.
La primera parte de la historia es una secuencia conocida. Con una recesión iniciada en 1998, la implosión de la convertibilidad y la crisis financiera subsiguiente llevaron al sector industrial a niveles piso durante el primer semestre de 2002. A partir del bimestre julio-agosto, luego de que en junio el dólar hubiera tocado su nivel máximo de 4 pesos, la fuerte señal del cambio de precios relativos puso en marcha el doble proceso de sustitución de importaciones y crecimiento de las ventas al exterior. Durante los 9 meses que van de julio de 2002 a marzo de este año, con distinta velocidad, muchas industrias se expandieron, incluso en mercados locales que se reducían.
El dólar recontraalto posibilitaba tanto las exportaciones de cualquier cosa como el reaprovechamiento de capacidad instalada obsoleta en términos internacionales, como sucedió en la industria textil. En consecuencia, algunos sectores estrella –como metalmecánica y textil– mostraron crecimientos de tres dígitos en las comparaciones interanuales. Adicionalmente, los aumentos de los precios internacionales de algunas manufacturas de origen agropecuario, como por ejemplo el del aceite de soja, que en un año creció un 45 por ciento en promedio, se sumaron a la mejora de los precios relativos para expandir aún más la producción de aceites y subproductos. La expansión en este conjunto de sectores también impulsó el crecimiento de las industrias proveedoras de insumos intermedios.
Sin embargo, según reflejaron los datos del Indec de marzo y abril, el proceso de expansión comenzó a mostrar sus limitaciones estructurales. Antes que en nuevas inversiones, los incrementos de producción se basaron en la reutilización de capacidad instalada. Alcanzada la frontera de posibilidades de producción, la demanda interna, planchada o en retroceso por salarios alejados de su poder adquisitivo predevaluación, se traduce en desincentivo para la producción. Aunque estadísticamente irrelevante, la caída del 0,8 por ciento del adelanto del EMI de abril indica el techo del modelo de crecimiento post convertibilidad. También que, con prescindencia de algunos cambios sectoriales, ese techo se encuentra en niveles productivos de la industria similares a los de medidados de 2001.
Del análisis sectorial se destaca la baja del 1,8 por ciento en la industria alimentaria, la que muestra la doble combinación de caída de la demanda interna y, en el caso de los lácteos, de crisis sectorial producida por la reconversión de campos de pastoreo para ganadería lechera a soja.
En el sector textil, si bien se mantienen los fuertes crecimientos interanuales (84,6 por ciento en promedio), se registra una leve variación negativa del 0,2 por ciento. La caída de la demanda de insumos, como los hilados de algodón, es aún más fuerte, el 3,9 por ciento.
La limitación producida por la operación al limite de la capacidad instalada es particularmente evidente en la industria metalmecánica, donde a pesar del significativo incremento de la demanda, tanto interna por la expansión agropecuaria, como externa por la competitividad de los precios locales (en especial en el subrubro de maquinaria agrícola), elcrecimiento mensual es de apenas el 0,8 por ciento, si bien se mantiene el interanual de 106,4 por ciento.

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