ECONOMíA
› NO VETARAN LA SUSPENSION DE EJECUCIONES, PESE AL PEDIDO DEL FMI
Ahora sólo falta que venga Koehler
El Ejecutivo respetará la decisión del Congreso, pese a la oposición del FMI. Lavagna sugirió que “es un tema menor” en la negociación con el Fondo y, en todo caso, requerirá un “miniwaiver”. Y sugirió que sería oportuna una visita de Koehler para ver la realidad del país de cerca.
La primera batalla con el Fondo Monetario de la era Kirchner empezó a librarse oficialmente ayer. Tras reunirse con el presidente electo, Roberto Lavagna confirmó que el nuevo gobierno no vetará la suspensión de las ejecuciones hipotecarias pese a que el vocero del FMI, Thomas Dawson, había dicho el jueves que esa medida era una prioridad para el organismo. Más aún, el Fondo había amenazado con no aprobar las revisiones del acuerdo vigente hasta tanto la administración Kirchner restableciera las ejecuciones bancarias, prorrogadas por otros tres meses por el Congreso. El ministro de Economía admitió que el Gobierno deberá pedir un waiver (perdón) para que no se caiga el acuerdo y que el organismo “sabrá si lo otorga o no”.
“En acuerdos de este tipo, hay waivers sobre temas grandes, como incumplimientos en metas fiscales o monetarias y otros menores. Creo que en este caso, ante el esfuerzo que viene haciendo la Argentina, el incumplimiento es menor”, afirmó Lavagna. “Tal vez el Fondo crea que eso es un mal antecedente para el cumplimiento de pautas futuras, pero no es así, éste un tema puntual”, se preocupó luego por aclarar. Sea como fuere, ratificó que el presidente electo ya había tomado la decisión y puso la pelota del otro lado de la cancha: “Ahora el Fondo deberá tomar una decisión”.
Por eso, después de defender el primer “no” de Kirchner al Fondo, Lavagna prefirió no tensar la cuerda más de lo necesario con las palabras. Dijo que las relaciones con el Fondo continuaban “normalmente” y que, en la nueva etapa de las negociaciones que se abría, al presidente electo le gustaría que el titular del FMI, Hoerst Koehler, visitara la Argentina para conocer más de cerca la realidad del país. Fue una manera sutil de transmitir el mensaje de que Washington exige cosas que son políticamente imposibles.
“El presidente electo ya ha dicho claramente que no lo hará”, contestó Lavagna cuando, en conferencia de prensa, lo consultaron sobre el reclamo público del FMI de que se vete la prórroga de las ejecuciones bancarias. La conferencia había sido convocada para anunciar oficialmente el desembolso de un préstamo de 500 millones de dólares del Banco Mundial que, como informó este diario, servirá para cubrir la deuda de 1200 millones que el organismo mantiene con el país en concepto de “reembolsos atrasados”. Pero el ministro sabía que su aparición pública, después de las declaraciones amenazantes del vocero del Fondo, marcaría una página importante en la nueva agenda con el FMI.
Un día antes, Dawson había pedido abiertamente que la nueva administración reactivara las ejecuciones hipotecarias. En tanto, había dejado en claro que ésta y otras asignaturas pendientes eran un obstáculo para que el directorio del organismo aprobara la revisión de las metas del acuerdo firmado en enero. Aunque no los explicitó, los otros dos temas que el FMI pretende imponer en la agenda inmediata del presidente son el ajuste de las tarifas de servicios públicos y un decreto para acelerar la millonaria compensación a los bancos por la pesificación, que está varada en el Congreso. Todas cuestiones de alta sensibilidad política.
Por eso, antes de la conferencia de ayer, Lavagna y Kirchner se reunieron para unificar libreto y pensar cuidadosamente una respuesta.
El ministro de Economía fue categórico en su respuesta: no habrá marcha atrás con la prórroga de las ejecuciones, como quiere el establishment financiero. Pero buscó con las palabras tender un puente hacia adelante, teniendo en cuenta que el acuerdo vigente expira en agosto, y que entre septiembre y diciembre vencen 6 mil millones de dólares con los organismos internacionales (FMI, Banco Mundial y BID) que el Gobierno aspira a refinanciar.
“Hemos decidido, después de una charla con el presidente electo, que tenemos que empezar las negociaciones de lo que sigue a partir de septiembre lo más rápido posible, incluso conversamos que sería muy bueno que en el inicio de esas negociaciones tengamos una visita del directordel FMI”, sostuvo Lavagna. “La idea básica es no generar nuevo endeudamiento sino lograr tiempo y refinanciar la deuda que viene del pasado”, agregó.
En el equipo económico está alarmados por la actitud del FMI, que sin reparar en el cambio de gobierno volvió a las andadas con los declaraciones amenazantes. Y temen que de continuar por el mismo camino el acuerdo naufrague más pronto de lo que el más pesimista hubiera imaginado. “El tema de las ejecuciones era menor. Los créditos para vivienda única y familiar en proceso de ejecución no superan los 10 mil. Perfectamente se podía abrir un paraguas para este sector, incluso mediante un acuerdo voluntario con los bancos y defender políticamente el levantamiento de la suspensión para el resto”, dijo a este diario un estrecho colaborador del ministro.
Por otra parte, el ministro negó la creación de una superestructura para fiscalizar a los bancos. En declaraciones a la prensa en el Palacio de Hacienda, Lavagna desestimó que en los próximos días vayan a presentarse en el Parlamento proyectos de ley para modificar el sistema tributario y de Coparticipación Federal. “Recién estamos trabajando en los lineamientos básicos de estos temas, que tendrán que ser puestos a consideración del presidente (Néstor) Kirchner, y luego buscar el consenso necesario para llevarlos al recinto”, explicó.
Al negar que se vaya a crear una superestructura para fiscalizar a los bancos, confirmó que sólo se creará una pequeña unidad entre Economía y el Banco Central “destinada a analizar el tema del matching”, sistema por el cual las entidades pagarán con títulos públicos (a medida que vayan venciendo) los créditos que tienen otorgados. En otro plano, confirmó que dejarán sus cargos los secretarios de Agricultura, Comunicaciones y Hacienda, entre otros, pero no informó quiénes serán los reemplazantes.