ECONOMíA › LA REFORMA BUSCA OFRECER “ALTERNATIVAS DIFERENTES AL DóLAR Y PLAZOS FIJOS PARA EL AHORRO DEL PúBLICO”
El proyecto de reforma del mercado de capitales, propuesto por el Gobierno, promete revolucionar un ámbito hoy cerrado a pocos integrantes y de escaso o nulo aporte a la producción. Vanoli, de la CNV, explica sus alcances.
› Por Cristian Carrillo
“Se pretende ofrecer a la gente alternativas diferentes del dólar o plazo fijo, para que el ahorro del público vaya hacia la producción”, señaló ayer el titular de la Comisión Nacional de Valores (CNV), Alejandro Vanoli, en referencia al alcance del proyecto de reforma sobre la ley que regula actualmente al mercado de capitales. El proyecto, que todavía está a la firma de la Presidenta, modificaría por primera vez en más de cuarenta años la ley de oferta pública, permitiría el libre intercambio de información entre los organismos reguladores y daría un mayor poder de supervisión a la CNV, poder que está actualmente en manos de operadores privados. La mayor regulación impactó negativamente en el mercado, aunque no pudo saberse cuánto con exactitud debido a que el contexto internacional fue desfavorable (ver aparte). En diálogo con Página/12 el presidente de la CNV explicó que “no hay ninguna regulación adicional para las empresas”. Para el público abre una serie de oportunidades de inversión: “El pequeño ahorrista puede invertir en obligaciones negociables de YPF, en clubes de fútbol o en películas, a partir de nuevos instrumentos financieros”.
El proyecto que el Ejecutivo enviará al Congreso, luego de que el equipo de abogados de la Rosada estudie la letra chica, está basado en una iniciativa del gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, para terminar con la autorregulación del mercado. El proyecto fue retomado por Vanoli y ampliado sobre una serie de consideraciones que hacen a la transparencia del mercado y a su acceso por parte del público. Sin embargo, las críticas desde el establishment financiero no tardaron en aparecer, alertando sobre un mayor control del gobierno nacional sobre las empresas, producto de la posibilidad del intercambio pleno de información entre organismos, situación que hoy está amparada por el “secreto bursátil”. “Esto permitirá coordinar la supervisión del sistema financiero en su conjunto y prevenir delitos, manipulación de mercado, cambiaria, impositiva y otras cuestiones vinculadas con la prevención del lavado de dinero y del financiamiento del terrorismo”, respondió Vanoli.
“Esto no es ni más ni menos que poner en línea nuestro mercado de capitales que claramente no tuvo el rol que tiene en otros lugares del mundo, en términos de canalización del ahorro del público y de las instituciones hacia actividades productivas. Los mercados de capitales nunca debieron perder esa función”, aseguró ayer el ministro de Economía, Hernán Lorenzino. Junto a la mayor supervisión del sistema, el proyecto contempla varios cambios que facilitarán un mayor acceso de los inversores, lo que permitiría explicar las presiones en contra de los agentes y sociedades de Bolsa para que no se sancione, ya que tendrán mayor competencia. “Ahora todo el mundo va a poder invertir desde 10.000 pesos en bonos de YPF y se lo van a tener que dar”, aseguró el titular de la CNV. El funcionario detalló que recobrarán su protagonismo –debido a una mayor aceptación del público– las inversiones en “proyectos culturales, como los fideicomisos en películas, de deportes o desarrollos inmobiliarios”. “Si el ahorrista dice quiero ser dueño de un jugador de fútbol, también se están analizando alternativas”, agregó. El año pasado River Plate había solicitado autorización para emitir un fideicomiso, atado a la mejora en la valuación de sus jugadores, pero el descenso de la institución hizo que se cerrara esta posibilidad. También lo había hecho Boca hace más de diez años, mientras que San Lorenzo estaría por crear un fideicomiso cerrado para que afronte sus problemas financieros.
“La ley trata de que esto sea verdaderamente un vehículo para que el ahorro de los argentinos se pueda canalizar a la economía real, y para ello es necesario terminar con la autorregulación del mercado. Argentina es uno de los pocos casos donde la autoridad regulatoria no puede sancionar a un agente porque el poder disciplinario recae en el Mercado de Valores, esto no es así en ninguna parte del mundo”, señaló Vanoli. De hecho, los hombres de negocios aseguran que el mercado es actualmente un canal viable para direccionar ahorros y que el reducido tamaño actual se debe a los controles oficiales. Nada dicen de que para acceder al mercado hay que recurrir a un agente, quien a su vez debe asociarse por una módica suma de cinco millones de pesos para poder operar (ver aparte). “La nueva ley terminará con el monopolio de los operadores de mercado al anular el requisito de ser propietario de una acción de Mercado de Valores. Hay que terminar con el club cerrado y chico, porque hay que ser accionista del mercado. La idea es que cualquiera pueda operar sin ser accionista de los mercados”, afirmó.
Lorenzino se refirió a uno de los puntos fuertes del proyecto, una vieja aspiración de Vanoli: regular el accionar de las agencias calificadoras. “Se abre el juego para que universidades, colegios profesionales y consultoras participen de un negocio que hasta ahora estaba reservado exclusivamente para las calificadoras de riesgo”. Por su parte, se refuerza el rol de la Comisión de Valores en materia de autorización de entidades de calificación, seguimiento activo y poder sancionatorio de esta actividad. El objetivo es llevar un mercado de capitales autorregulado que “se parece más a un agujero negro o una timba”, según palabras de Vanoli, para acercarlo al público inversor con mayor nivel de transparencia y protegido desde el Estado.
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