“El gran desafío para nuestra América, el imperativo moral, es vencer la miseria y la pobreza”, declaró ayer el presidente de Ecuador, Rafael Correa, durante una conferencia dictada en la sede de la Cepal, en Santiago de Chile. “Es una vergüenza para América latina –un continente que tiene todo para ser el más próspero del planeta– continuar con los actuales niveles de desigualdad, que a su vez producen esa miseria y esa pobreza”, completó el primer mandatario.

Las medidas que llevó adelante el gobierno ecuatoriano buscan una mejor distribución del ingreso, ya que explicó Correa que no sólo a través del crecimiento económico se puede eliminar la pobreza. Por este motivo, el mandatario expuso los avances durante su gestión, como la caída del índice de Gini, que mide la desigualdad, de 0,55 a 0,47, la reglamentación del salario digno, la reforma fiscal que aumenta la inversión social del 4 al 11 por ciento y el acceso universal a la educación pública gratuita y de calidad.

“Este es el desafío en el planeta entero: vencer la pobreza, que por primera vez en la historia no es fruto de escasez ni de factores naturales, sino de sistemas perversos y excluyentes. Para hacer eso se requiere de cambios en la relación de poder y de procesos políticos”, señaló Correa. Para encarar el de-safío, delineó cuatro factores que son necesarios para erradicar la pobreza: un sistema impositivo más justo, el control de los mercados en función de objetivos sociales, una mejor distribución del acervo social y un gasto público que financie la titularidad de derechos como garante de la igualdad. Correa fue recibido por Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la comisión regional de las Naciones Unidas, quien destacó los progresos realizados por el gobierno ecuatoriano en la reducción de la pobreza y la desigualdad, modificando la estructura económica y social.