El balance cambiario en el tercer trimestre mostró un superávit de 30 millones de dólares, de modo que el excedente acumulado en el año es de 7600 millones, informó ayer el Banco Central. El año pasado, en cambio, el tercer trimestre registró un déficit de 3311 millones. La diferencia se explica principalmente por la restricción oficial a la venta de divisas para atesoramiento y para que las empresas giren a sus casas matrices utilidades y dividendos.

A partir de esa situación, la formación de activos externos –uno de los componentes del balance cambiario– mostró en el tercer trimestre un resultado positivo de 174 millones de dólares, es decir un leve ingreso de dólares, aunque parte de la demanda ahora se contabiliza en la cuenta viajes, de ahí el fuerte crecimiento que mostró esa variable. En el mismo período de 2011, la “fuga” llegó a 8524 millones de dólares. En el acumulado de 2012 la salida de capitales es de 4145 millones, frente a 18.351 millones de dólares en 2011.

El principal ingreso de dólares provino por el lado de la balanza comercial, que registró un superávit de 2122 millones. Junto a inversiones extranjeras por 541 millones, los dólares “comerciales” sirvieron para financiar 1973 millones en concepto de servicios, por turismo y fletes, y 2594 millones en pagos de deuda externa. En particular, las divisas gastadas en viajes al exterior crecieron fuertemente respecto del año pasado. Eso se explica en primer lugar porque la venta de dólares para viajes el Banco Central ahora la registra bajo ese concepto específico, a diferencia de lo que ocurría antes de la restricción para atesoramiento. También se incrementaron los gastos con tarjeta de débito y crédito. Por esa razón, a fines de agosto, el Gobierno introdujo el anticipo del 15 por ciento en el pago de Ganancias y Bienes Personales para esas operaciones.

En concepto de intereses se pagaron 906 millones de dólares, por pagos de títulos de deuda externa. En tanto, la venta de divisas para que las empresas distribuyan dividendos y utilidades fue de sólo 50 millones de dólares, mientras que el año pasado ascendió a 1316 millones. El Banco Central compró 575 millones de dólares, aunque el pago de vencimientos de la deuda determinó que las reservas cayeran en el período 1337 millones, para cerrar en 45.010 millones de dólares. En el año se utilizaron 5200 millones para pagar deuda.