La denuncia que esta semana presentaron en la Organización Mundial de Comercio (OMC) los Estados Unidos, la Unión Europea y Japón contra la Argentina es el primer paso para la conformación de un tribunal que deberá decidir sobre la política comercial nacional. El proceso burocrático que se viene es largo y pocos casos terminan en una sanción económica. El planteo de los países centrales tiene la particularidad de extenderse sobre todo el abanico de bienes comercializados. El Gobierno realizó su jugada días atrás, al pedir en la OMC que se arme un panel para evaluar si las medidas sanitarias de Estados Unidos en limones frescos y carne vacuna, y la norma española sobre el biodiésel, representan discriminación comercial.

En abril, Estados Unidos y la UE, a través de su representante en la OMC, presentaron una queja informal ante el Consejo de Mercancías del organismo, que se reúne en forma periódica. A partir de allí, los demandantes tenían 60 días para exigir que se forme un panel. Sin embargo, lo hicieron luego de ocho meses, justo después del pedido de conformación del tribunal que solicitó Argentina por los casos en los que se considera perjudicada.

El 17 de diciembre comenzará la discusión por el armado del panel. Se deben elegir tres “especialistas” en el tema, con la posibilidad de que cada parte proponga candidatos. En enero, la conformación debería estar definida. Luego los árbitros analizan pruebas, convocan a las partes para presentar sus argumentos y realizan una audiencia oral para elevar una recomendación al Organo de Solución de Diferencias. En esa instancia se elabora un informe intermedio, que debe ser aprobado por las partes, que luego derivará en un informe final, con la posibilidad de ser apelado. Luego la OMC puede tomar una decisión firme. Esta etapa demora como mínimo 12 meses. La puesta en marcha del informe demora unos tres meses, aunque existe un plazo prudencial de 15 meses para que los sancionados apliquen correcciones a su política comercial. Si las hace, en 30 días se habilita la represalia. Desde la creación de la OMC en 1995, Argentina fue denunciada 17 veces, aunque ningún caso está ahora abierto.

La denuncia contra Argentina es muy amplia, involucra a todo el espectro de mercancías que importa el país. Además de criticar la herramienta comercial, el comunicado que divulgó la UE apunta a la estrategia nacional, al destacar que las medidas “forman parte de la intención de impulsar la economía, incluyendo el objetivo de reindustrializar al país, controlar el déficit comercial y utilizar medidas de sustitución de importaciones”. Incluso advierte que “las políticas de sustitución de importaciones han sido históricamente inefectivas y tienen efectos negativos sobre otros países”.

El Gobierno, por su parte, presentó días atrás el pedido para que un panel en la OMC evalúe la situación del ingreso del limón fresco y la carne vacuna a Estados Unidos, y el biodiésel a España. El cítrico es una producción clave para Tucumán. “En los años 2000 y 2001, cuando todavía se podía entrar al mercado estadounidense, la Justicia de la ciudad de Fresno, en California, prohibió la importación de limones argentinos, a pedido de los productores locales”, explicó a este diario Alfredo Dato, diputado nacional de Tucumán (FpV). Diversos estudios muestran que cereales, frutas secas, nueces, tabaco, plantas y flores, bebidas, cacao, azúcar, carne, pescados, aceites y arroz, provenientes de determinadas regiones, están sujetos en muchos países a medidas sanitarias o fitosanitarias que funcionan como barreras paraarancelarias.