Mar 02.04.2013

ECONOMíA  › LA IMPORTACIóN DE ALIMENTOS NO AUMENTó NI INCIDE EN LOS PRECIOS, ASEGURAN EN EL SECTOR

Sin cambios de origen en la góndola

La especulación en torno de una flexibilización en el ingreso de alimentos importados no se verifica en la práctica en los comercios. Había sido mencionado, en sectores privados, como una herramienta que usaría el Gobierno para frenar la suba de precios.

› Por Javier Lewkowicz

El Gobierno habría flexibilizado la importación de alimentos premium para las grandes cadenas de supermercados, como guiño frente al congelamiento de precios que esas empresas instrumentan desde febrero. Sin embargo, distintas fuentes del sector privado coinciden en que no se observa un cambio en la política de control sobre las importaciones. En ese sentido, la aprobación de operaciones en lo que va del año cayó con relación a los últimos meses de 2012, mientras que en la última semana se registraron más frenos de lo habitual. Los alimentos premium importados no juegan un papel determinante en el control sobre la inflación. Si así lo hicieran, podrían afectar a la industria nacional. Son bienes suntuarios e implican un gasto de divisas para satisfacer la demanda de los sectores acomodados.

Alrededor del 80 por ciento de las importaciones se constituyen de insumos, bienes intermedios y bienes de capital. El poder de freno de la política comercial sobre esas mercancías, si bien el año pasado fue instrumentado, es en general limitado sin el acompañamiento de un plan industrial, dado el impacto que ello tiene sobre la producción. Un 8 por ciento de las compras externas son autos, que ingresan principalmente desde Brasil, operaciones que tampoco pueden detenerse sistemáticamente porque generaría un grave conflicto bilateral y afectaría a las exportaciones de vehículos desde Argentina al país vecino.

El restante 12 por ciento de las importaciones son bienes de consumo, universo en el que se concentra la política comercial del Gobierno. En enero, las compras externas de bienes de consumo bajaron 2 por ciento, mientras que en febrero avanzaron un 15 por ciento, pero la comparación se realiza frente al mismo mes de 2012, cuando comenzaron a instrumentarse las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI), esquema que en las primeras semanas puso un fuerte freno a esas operaciones. Las importaciones totales durante el primer bimestre avanzaron un 5 por ciento, pero si se omite la variación del 52 por ciento en energía, el ingreso de mercancías desde el exterior permaneció estancado.

La importación de alimentos premium y otros productos de bazar sin directa competencia con la producción nacional es un grifo que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, ha abierto y cerrado varias veces en el último tiempo, en función de la disponibilidad general de divisas. En febrero, el Gobierno acordó con los supermercados congelar precios en las góndolas por dos meses. La extensión del convenio por otros dos meses, en la medida en que algunos segmentos de la industria proveedora necesitan que Moreno apruebe aumentos de precios, hizo plantarse a los supermercados y exigir mejoras en su rentabilidad para poder seguir manteniendo los precios al consumidor. La baja de comisiones en las compras con tarjeta de crédito, que motivó el lanzamiento de la Súper Card, junto al permiso para comprar productos premium y venderlos a los precios que la demanda convalide, son las herramientas que utilizarían los supermercados para mantener los precios.

Las grandes cadenas mantienen un fuerte hermetismo alrededor del tema de las importaciones, aunque un importante distribuidor confirmó que los últimos días hubo más movimiento de esas mercancías. El gerente de Relaciones Institucionales de la Cámara de Importadores, Miguel Ponce, indicó que “la información que tenemos es que esto habría comenzado a ocurrir”, con relación a la mayor flexibilidad en las importaciones de alimentos premium.

Ponce ubicó la medida en la lucha contra la inflación, en referencia a declaraciones que la Presidenta, Cristina Fernández, realizó semanas atrás, advirtiendo que combatirá la suba de precios con mayor apertura comercial. La política de “represión de precios” a través de las importaciones está ligada a modelos económicos antiindustriales y en general tienen consecuencias negativas sobre el nivel de empleo.

De todos modos, cabe resaltar que el mayor ingreso de pastas italianas, quesos franceses, cervezas belgas, aderezos norteamericanos y ciertos enlatados de Israel difícilmente incida a la baja sobre los precios. En cambio, supone una pérdida de divisas sólo para satisfacer consumo suntuario y mejorar las cuentas de los supermercados. Moreno tiene especialmente buen diálogo con Coto, La Anónima y, a raíz de la presión internacional que ya han ejercido, también con Carrefour y Walmart.

Ponce reclamó que la apertura “no sólo se quede en alimentos suntuarios sino que continúe en una dirección correcta”. De todas maneras, reconoció que desde principios de año la aprobación de las DJAI se endureció en relación con el último trimestre de 2012. Un importante despachante de Aduana aseguró a este diario que “desde hace una semana está todo bastante frenado”. De modo que, más allá de cierta liberación en los productos premium, desde el sector privado no observan grandes cambios respecto de la política de control de importaciones.

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