Diego Bossio, titular de la Anses, compartió el acto con Axel Kicillof, viceministro de Economía.
Imagen: Télam.

El Gobierno realizó ayer el primer sorteo de la línea Pro.Cre.Ar para la refacción, ampliación y terminación de viviendas, junto al repechaje para quienes participaron, sin éxito, en ocasiones anteriores por créditos para construcción. En conjunto resultaron beneficiadas más de 28 mil familias, sobre un total de 52.655 de todo el país. Con el programa oficial de préstamos para la vivienda, el Gobierno busca no sólo atacar la problemática habitacional sino dar impulso al sector de la construcción. Los créditos otorgados suman unos 3 mil millones de pesos. Según los últimos datos oficiales, hay 90 mil familias habilitadas para tramitar el financiamiento, de las cuales 24 mil están en proceso de obtenerlo, mientras que 18 mil familias obtuvieron el primer desembolso. Ese grupo, de todos modos, es reducido frente a las 100 mil viviendas que el Gobierno prevé que se construyan para fin de año.

La posibilidad de acceder a un crédito atractivo para poder refaccionar la casa opera sobre uno de los principales ejes de la problemática habitacional. Aunque a simple vista pareciera que el déficit sólo responde a la falta de viviendas para los sectores populares, estudios especializados muestran que de las 3 millones de unidades que componen la carencia habitacional, dos tercios se explican por familias que ya tienen vivienda, pero necesitan refaccionarla. Estos datos no incluyen los problemas de infraestructura en el tendido eléctrico, red de gas, cloacas o calles, que componen otra parte relevante del problema.

De la nueva línea de créditos para ampliación y refacción de la vivienda participaron ayer 14 mil familias, de las cuales resultaron beneficiadas 7 mil. “Es muy difícil conseguir créditos para hacer una pequeña ampliación o remodelación en la vivienda, y ahora estamos dando una alternativa para esto”, indicó el viceministro de Economía, Axel Kicillof, quien encabezó el sorteo junto al titular de la Anses, Diego Bossio.

La línea de refacción del Pro.Cre.Ar contiene la opción de ampliación y terminación, a la cual se accede con más de la mitad del proyecto construido, para viviendas que no superan los 150 metros cuadrados. Las tasas van del 2 al 11 por ciento en función del ingreso del beneficiario, con plazos de hasta 15 años y montos que llegan a 175 mil pesos. Para un trabajador cuyo salario no supera los 5 mil pesos, la cuota mensual es de 647 pesos. La línea de arreglos se puede destinar a sanitarios o cañerías de un baño, reparación de un techo, cambio de revestimientos, aberturas y colocación de pisos. Las tasas van del 7 al 18 por ciento, con plazos de hasta 4 años y un monto máximo prestable de 50 mil pesos.

“Los plazos y los intereses del Pro.Cre.Ar están de acuerdo con las posibilidades económicas de quienes solicitan un préstamo, y nada tienen que ver con lo que cobra actualmente el sistema financiero”, señaló Kicillof. El funcionario criticó con vehemencia a los bancos, por su reticencia a ofrecer créditos con un costo razonable para los sectores populares. “Los bancos discriminan a la gente y lo único que les importa es la cobrabilidad, pero hay estudios en el mundo que afirman que la gente con bajos recursos son los más cumplidores, siempre y cuando las condiciones macroeconómicas se lo permitan. Desde el punto de vista de la inclusión social, el sistema financiero argentino es espantoso”, criticó Kicillof.

El gobierno reformó hace un año la Carta Orgánica del Banco Central con la idea de direccionar la oferta de crédito de los bancos y estimular la producción y el acceso de sectores vulnerables al sistema financiero. Esa herramienta fue utilizada para mejorar el financiamiento a las pymes, obligando a los bancos a destinar parte de su cartera a ese segmento. Pero en el caso del crédito a la vivienda no hubo cambios normativos. Kicillof, en cambio, pidió un “gesto de la banca privada, que resignen un poquito de su rentabilidad en algunas líneas y puedan tener también ese otro elemento que es la responsabilidad social”. “La situación es paradójica, porque la banca ha sido también beneficiaria del modelo de crecimiento con inclusión social y ha tenido muy buenos resultados en estos años”, agregó.

Otra línea de créditos del Pro.Cre.Ar es la que se destina a la adquisición de viviendas en construcciones efectuadas sobre terrenos fiscales, la cual lleva adjudicados 7 proyectos a empresas desarrolladoras, donde comenzaron las obras para la construcción de las viviendas. Bossio explicó que “las constructoras están poniendo los primeros ladrillos en las tierras adjudicadas”.