ECONOMíA › DEVOLVERáN A LOS PRODUCTORES LO QUE SE RECAUDE POR RETENCIONES
La medida implicaría una renuncia a ingresos fiscales por alrededor de 500 millones de dólares, que se volcarán por completo y en forma directa a favor de los productores. Apunta a expandir el área sembrada y la producción.
› Por Sebastián Premici
“Todos los derechos de exportación que se cobren sobre la producción triguera van a ir a un fondo fiduciario que va a administrar Nación Fideicomiso, junto con un consejo que integrarán representantes de todos los sectores productivos involucrados (...). Estos recursos se van a distribuir entre todos los productores de trigo.” Con estas palabras, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció la puesta en marcha de los Certificados de Estímulo a la Producción Agropecuaria, a partir del cual todos los productores trigueros recibirán parte de las retenciones pagadas. Será una devolución de aproximadamente 30 dólares por tonelada, equivalente a 15 por ciento del precio. El objetivo es incrementar el área sembrada de trigo que ha disminuido en los últimos años. “Esperemos que se salde definitivamente la discusión entre sectores privados y el Estado”, destacó la Presidenta.
A diferencia de otros anuncios, donde se proponía directamente una baja de retenciones o un esquema de compensaciones, este nuevo sistema les reconocerá a los productores una devolución de los derechos de exportación previa declaración de la cantidad de granos producidos y vendidos. “Es un gran esfuerzo para el Estado, porque si fijamos una producción de 16,5 millones de toneladas de trigo, serían casi 500 millones de dólares que va a dejar de percibir el Estado y les va a ser reintegrado a los productores”, agregó Fernández de Kirchner.
Del encuentro participaron las grandes multinacionales del sector, como Nidera y Cargill, la nacional Aceitera General Deheza (propiedad del ex senador Roberto Urquía), las cámaras empresarias que nuclean a las multinacionales, las cooperativas de AFA, ACA, Cafer, la industria molinera y la Cámara de Exportadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), que lidera Ider Peretti. También estuvo presente la agrupación Grito de Alcorta, una línea opuesta a la conducción de Eduardo Buzzi en la Federación Agraria. “Es un anuncio que va en la dirección correcta, aumentará el área sembrada, tal cual se planteó. Pero no hay segmentación (de retenciones), por eso la producción seguirá concentrada. Pero es un anuncio correcto”, sostuvo a Página/12 Pedro Peretti, dirigente de la Federación Agraria que integra Grito de Alcorta.
Esta medida fue elaborada por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, y las cooperativas exportadoras, ahora nucleadas en Capeco. “Es un buen anuncio, incluso es una idea superadora a la que no-sotros presentamos en su momento. Ahora todas las retenciones por las exportaciones de trigo, ya sean granos o harinas, volverán a los productores. Además, el Ministerio de Agricultura está estudiando una serie de créditos a tasa subsidiada que incentivarán mucho más la siembra”, explicó a este diario Néstor Pereda, presidente de AFA.
En el período 2002-2003 hubo 6,3 millones de hectáreas sembradas, de las que se obtuvo una producción de 12 millones de toneladas. Para el período 2010-2011, las hectáreas sembradas fueron 4,6 millones, con una producción de 15,9 millones de toneladas. Con esta medida, el Gobierno pretende recuperar área sembrada e incrementar la producción de este cultivo. “A través de este certificado queremos lograr un aumento considerable en la producción de trigo, y que esto no impacte en los precios internos”, sostuvo la Presidenta durante su discurso.
La ausencia de los dirigentes de la Mesa de Enlace contrastó con la presencia de pequeños y medianos productores del sur de Santa Fe (Teodolina). “Muchos quieren vivir de la renta. Hoy el que quiere trabajar en el campo puede hacerlo, y es rentable. Lo que pasa es que acá también se necesita un cambio cultural. En vez de quejarnos tanto, tenemos que hacer”, lanzó a este diario Oscar Battani, un productor que pasó de brindar servicios a comprarse sus propios campos, hasta llegar a las 160 hectáreas. “Hay una mentalidad que viene de años. Los grandes no quieren industrializarse, quieren territorio. Por eso necesitan de la Mesa de Enlace, necesitan quilombo, para que alguien represente sus intereses”, agregó Raúl Bernardoni, un chacarero dueño de 70 hectáreas y contratista en otras 300.
[email protected]@El objetivo del incentivo fiscal al trigo es darle un nuevo impulso a la cosecha. Se trata de un grano relevante para la demanda del mercado interno, con el que se elaboran alimentos de consumo masivo. Durante los últimos años, la producción retrocedió hasta ubicarse en niveles bajos en términos históricos. Distintos especialistas precisan que la medida viene a resolver cuestiones no sólo económicas, sino de ineficiencia del mercado para garantizar la sustentabilidad de la producción.
Durante 2013 la cosecha de trigo alcanzó 9.000.000 de toneladas, con una superficie sembrada de 3.160.000 hectáreas. Estos números evidencian una de las peores campañas de los últimos años. Eso lo explican dos situaciones. La primera es un elemento de coyuntura. Hubo “excesos hídricos” y anegamientos por lluvias que causaron perdidas de rendimiento. La segunda, en cambio, empezaba a dar señales de estar convirtiéndose en un factor estructural. A partir del 2008, los productores del campo, guiados por criterios de rentabilidad, comenzaron a eliminar este cultivo invernal de la rotación y en algunos casos hasta lo reemplazaron por cebada, colza, garbanzo y arvejas.
El punto central es que esos cambios no ofrecen el mismo beneficio para los suelos, poniendo en riesgo el potencial de la tierra para los próximos años. “Desde el punto de vista técnico, sin el trigo se pierde el volumen de rastrojos en la rotación y el aporte de carbono que sostiene la fertilidad de las áreas sembradas”, afirman ingenieros agrónomos. Por lo tanto, recuperar la siembra de trigo, un cultivo tradicional para el campo argentino, es vital para sostener el sistema agrícola.
Distintos analistas son optimistas y plantean que si existe la decisión política, como lo demuestra la medida de otorgar incentivos fiscales a los productores, el trigo volverá a registrar cantidades por arriba de los 18.000.000 de toneladas. Eso es lo justo para asegurar la sustentabilidad de los suelos, afirman. “Una de las claves es que la flexibilidad del agro, a diferencia de la ganadería que requiere más tiempo, permite que en una sola campaña se revierta una tendencia negativa como la del trigo”, explicó a Página/12 Daniel Miralles, especialista en cerealicultura de la UBA. Agregó que además ahora se suma que las condiciones de humedad (estimadas) vuelven a ser favorables.
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