Las grandes cadenas de supermercados le propusieron al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, celebrar un nuevo acuerdo de precios después del 1º de junio, cuando vence el actual congelamiento. Las empresas, con las cuales el funcionario tiene un aceitado diálogo, ofrecieron en una reunión que tuvo lugar ayer en la secretaría frenar precios de 500 productos, que serían los de consumo popular, y tener libertad para remarcar en otras mercaderías. Desde otro segmento de la comercialización piensan que puede ser “más sostenible y controlable”.

Los supermercados están preocupados porque se les acerca la suba salarial derivada de las paritarias. De ahí que necesiten salir del corset del congelamiento. Una opción que ofrece el Gobierno para que mejoren sus márgenes es la Súper Card, que reducirá del 3 al 0,75 por ciento las comisiones que cobran las tarjetas de crédito por las ventas a plazo.

Sostener el congelamiento de precios en los productos básicos, sin embargo, requerirá que Moreno también acuerde con las empresas alimenticias, que serían afectadas por la medida.

Los supermercados proponen tener más margen de maniobra en otros productos que no sean básicos. Para tener una idea del volumen de negocio de estas cadenas, un supermercado con sector de bazar, juguetería, textiles y ferretería tiene veinte mil productos. En tanto, los mayoristas, que se concentran en alimentos y bebidas, trabajan con unos nueve mil productos. Este sector, en el caso de prosperar la propuesta de los súper, tampoco podrá aumentar los precios de los 500 productos, para no reducir la brecha con el minorista, que justifica su negocio.