ECONOMíA › CRECIó 13,7 POR CIENTO EN ABRIL, SEGúN UN INFORME PRIVADO
La construcción registró un crecimiento del 13,7 por ciento en abril respecto del mismo mes del año pasado. El informe del Grupo Construya precisó además que la expansión acumulada durante el primer cuatrimestre fue de 3,2 por ciento. Existen dos motivos que explican la recuperación de los indicadores de la rama. El primero es estadístico, lo que se debe a que la base de comparación es baja por el efecto que tuvieron las lluvias, los feriados y el freno de la actividad en abril de 2012. El segundo es el repunte de la obra de infraestructura del sector público. También colabora la leve recomposición de los proyectos de inversión particulares. El Estado aplica distintas herramientas para acelerar esas decisiones de los privados. Mientras que el plan Pro.Cre.Ar viene mostrando resultados favorables, ahora incorpora un blanqueo de capitales para reimpulsar el negocio de desarrolladores e inmobiliarias.
La industria de la construcción manifiesta fuerte prociclicidad. Eso implica que cuando la economía crece, la rama crece todavía más. Pero cuando la economía desacelera, el parate del sector es aún más importante. Esto último fue lo que ocurrió durante 2012. Hubo un freno de la actividad económica debido al menor crecimiento de los socios comerciales (principalmente Brasil) y la mala cosecha por la fuerte sequía del campo argentino. Esa desaceleración fue el principal elemento limitante para la expansión de los proyectos privados, que explican cerca del 70 por ciento de las edificaciones del sector.
Existió además otro factor relevante para entender el flojo desempeño de la construcción. Las obras de infraestructura del sector público registraron una fuerte moderación. La intención fue evitar presiones extra sobre las cuentas externas, a diferencia de los argumentos de especialistas de la city que relacionaron el parate con la intención del Gobierno de contener la inflación. El freno de la inversión del Estado indujo una moderación de la demanda agregada hasta bajar las necesidades de importaciones de la economía. El resultado fue un superávit comercial que alcanzó para cumplir con los compromisos financieros sin comprometer el nivel de reservas internacionales del Banco Central.
Durante los primeros meses de 2013, la construcción empieza a recuperarse porque no impactan esos efectos limitantes. A partir del repunte de las exportaciones industriales a Brasil y una campaña de soja 30 por ciento mayor respecto de la de 2012, los planes de edificación particulares retoman lentamente el impulso. El programa Pro.Cre.Ar viene cumpliendo un rol relevante, con el doble objetivo de solucionar el déficit habitacional y acelerar la inversión de los particulares.
También puede agregarse que ahora el blanqueo de capitales pretende incentivar a la industria de la construcción gracias a la inyección de una masa de dinero ocioso en la economía. Distintos referentes explican que la medida impulsará el negocio de las constructoras en varios frentes. Uno de los impactos directos sería a través del certificado dolarizado Cedin, porque se espera que ese instrumento les permita a las firmas desarrolladoras encontrar nuevos inversores para poner en marcha obras de pozo. Entre los impactos indirectos se destacaría el incremento de la infraestructura en el sector de hidrocarburos, lo que requiere de las tareas de las firmas constructoras en pozos y refinerías. Desde la Cámara de la Construcción estiman un crecimiento del 5 por ciento para el cierre de 2013, aunque no dudan en explicar que puede ser más alto si continúan las medidas del Estado para impulsar la rama.
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