Mié 29.05.2013

ECONOMíA  › LA UE SUBIó EL ARANCEL A IMPORTACIONES DE BIOCOMBUSTIBLES

Golpe a productores locales

Exportadores nacionales de biocombustible recibieron ayer un nuevo revés del mercado europeo. Las autoridades de la UE fijaron un arancel de entre 6,8 y 10,6 por ciento para la importación del producto. Eso se debe a las acusaciones de dumping (precios predatorios) contra los fabricantes argentinos. La medida es provisoria hasta el 28 de noviembre, cuando se decidirá un valor definitivo para este impuesto, que incluso podría incrementarse. Las mismas restricciones también afectan a productores de Indonesia.

A partir de esta situación, referentes locales reconocieron que 2013 es un año perdido para el despacho de energía renovable; con optimismo esperan exportar una cuarta parte respecto del año pasado. Aclararon que se trata de una medida absolutamente injustificada si se tienen en cuenta los argumentos técnicos. Asimismo, funcionarios del Gobierno salieron en defensa del sector, denunciando que Europa aplica un proteccionismo “irracional”, producto de la crisis en las potencias maduras.

Argentina es el principal exportador de biodiésel del mundo. Se trata de un sector que registró un fuerte crecimiento a partir de 2007, con inversiones que acumularon alrededor de 2500 millones de dólares en los últimos cinco años. El resultado fue que el año pasado los permisos de embarque alcanzaron 2000 millones de dólares, lo que equivale al 20 por ciento del saldo comercial del país. El mercado europeo explicó el 90 por ciento de las ventas.

A diferencia de ese desempeño, en los primeros meses de 2013 las firmas exportadores perdieron dinamismo. La principal razón fue una denuncia del Viejo Continente por comercio desleal. Productores locales recibieron en febrero una acusación de la UE por la venta de biodiésel a precios por debajo del costo para lograr conseguir una mayor participación del mercado mundial. Eso provocó que los importadores de la zona euro, por miedo a represalias o multas futuras en el caso de comprobarse el uso de valores predatorios, frenaran sus compras a los fabricantes argentinos.

Así, en el primer cuatrimestre de 2013 las exportaciones de biodiésel fueron de 362 millones de dólares, al retroceder 52 por ciento respecto del mismo período del año pasado. Claro que esa contracción fue empeorando con el correr de los meses. En abril, último dato disponible, los permisos de embarque fueron de 88 millones de dólares, con una caída interanual del 62 por ciento. Además, las empresas empezaron a funcionar al 50 por ciento de su capacidad instalada.

Referentes del sector apuntaron a Página/12 que el panorama ya no tiene margen para modificarse durante este año. Eso se debe a que la aplicación de un arancel provisorio hasta noviembre produce una situación de incertidumbre entre los compradores europeos. Si ahora importan nuevamente biodiésel local, con el impuesto de hasta 10 por ciento, pero más adelante se termina definiendo una cuota superior, deberían abonar la diferencia en forma retroactiva. Es difícil descartar ese escenario, porque los derechos de importación que se fijaron ayer cubren la tercera parte del margen de dumping denunciado por la Comisión Europea de Biodiésel.

Más allá de las decisiones de la UE, fabricantes locales, agrupados en Carbio, aclararon que no existen motivos técnicos para avalar las denuncias por precios predatorios. “Las empresas exportadoras tienen claras ventajas competitivas, como la proximidad a las zonas de cultivo de la soja, acceso directo a puertos privados de aguas profundas permitiendo exportaciones sin mayores costos de transporte, así como escalas de producción muy eficientes, aspectos que no se encuentran disponibles para los productores europeos”, dice un comunicado de la entidad. Agrega incluso que, “muy lejos de hacer prácticas de dumping, las exportaciones de biodiésel fueron realizadas con una rentabilidad razonable”.

Otro de los argumentos de Carbio es que no comprende las razones por las cuales se llegó a concluir que los despachos desde Argentina causaron perjuicio a productores de Europa. “Las importaciones fueron producidas en plantas cuyos propietarios son empresas relacionadas con fabricantes europeos”, indica el documento del organismo. Un ejemplo es la firma Dreyfus. Se trata de una de las principales empresas exportadoras del país, con establecimientos en la provincia de Santa Fe. Esa compañía es un conglomerado multinacional francés, dedicado al procesamiento y comercialización de productos agrícola-energéticos.

En tanto, los funcionarios del gobierno nacional salieron en defensa de los fabricantes locales de biocombustibles. “Ante la incapacidad de competir, Europa impulsa un agresivo proteccionismo contra el biodiésel argentino”, afirmaron en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Explicaron además que se efectuarán todas las acciones, dentro del derecho internacional, para proteger a productores y exportadores argentinos. Daniel Filmus, senador del FpV, agregó que “la Unión Europea pretende descargar los efectos de su crisis económica sobre Argentina”.

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