La Cámara Civil ordenó pagar una deuda por un préstamo entre privados, que había sido pesificada, a la cotización de 1,40 pesos por dólar, porque consideró que “la paridad un peso igual a un dólar no es equitativa”.
La Sala D de la Cámara, con las firmas de los jueces Domingo Mercante, Eduardo Martínez Alvarez y Alberto Bueres, resolvió así el reclamo planteado por un acreedor particular contra un deudor que había entrado en mora en diciembre de 2001. En el fallo los camaristas recordaron su propia obligación de “arbitrar las medidas tendientes a preservar la continuidad de la relación contractual de modo equitativo para las partes”. En ese sentido, consideraron que la devaluación de enero de 2002 fue un hecho “imprevisible” que, “consecuentemente, no debe ser soportado exclusivamente por el deudor”. Los camaristas invocaron el “principio del esfuerzo compartido” y destacaron la evolución de la cotización del dólar en el mercado libre, “que si bien bajó en los últimos meses se proyectó por encima de las estimaciones hechas al momento del dictado del decreto 214/02” que impuso la pesificación.