El Gobierno entró en cortocircuito por la indexación de los créditos hipotecarios de hasta 250 mil pesos a raíz del aumento salarial anunciado la semana pasada. El vicepresidente, Daniel Scioli, y el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, enfatizaron que “hay que hacer algo” para evitar que el ajuste de aquellos préstamos los termine haciendo impagables. Ambos funcionarios avanzaron desde temprano con declaraciones en las que reconocieron la existencia de un problema y la necesidad de buscarle una solución. A media tarde, el portavoz del Ministerio de Economía, Armando Torres, dijo de manera tajante que “para nosotros no hay ningún cambio”. “Acá no se está haciendo nada”, agregó, para ratificar la continuidad inalterable del Coeficiente de Variación Salarial (CVS).
Es la segunda vez en tres semanas que se cruzan la Jefatura de Gabinete y la cartera económica. La oportunidad anterior también fue por la suerte de los deudores hipotecarios: Fernández anunció que el Estado subsidiaría a aquellos que tomaron un crédito para la compra de vivienda única y familiar y demostraran que no podían pagar las cuotas, y más tarde Lavagna negó que el subsidio estuviera decidido o fuera siquiera la alternativa más probable. Por ahora esos deudores morosos que corren el riesgo de ejecución de sus propiedades se siguen anotando en un registro que lleva el Banco Nación, sin que esté claro qué hará el Gobierno con ellos.
Mucho más brumosa quedó la situación para los deudores hipotecarios que tienen sus créditos atados al CVS. Salvo que alguna de las partes retroceda, Néstor Kirchner será quien deba laudar entre Scioli-Fernández y Lavagna. Los primeros encontraron el respaldo del presidente de la Comisión de Finanzas de la Cámara de Diputados, Rodolfo Frigeri, que se pronunció en favor de amparar a los endeudados.
En diálogo con Página/12, el legislador se refirió específicamente a los créditos concedidos bajo el denominado “sistema francés”. Ese esquema determina que el deudor cancela intereses durante los primeros años, mientras que el capital permanece relativamente invariable. “Alguien que tomó un préstamo de 100 mil pesos y durante dos años devolvió 20 mil, ahora se encuentra con que el capital de la deuda bajó sólo a 98 mil, porque el resto fue para saldar intereses y sobre ese monto se aplica el ajuste del CVS del 15 por ciento. Es un tema complejo que debemos resolver”, manifestó.
La conclusión preliminar de Frigeri fue que “el crédito no puede superar el valor de mercado del bien adquirido”. En todo caso, sugirió, el préstamo podría indexarse hasta el límite de la proporción inicial. Es decir, si el crédito en dólares, luego pesificado, equivalía al 80 por ciento del valor del inmueble, podría indexarse hasta el 80 por ciento del valor actual de la propiedad, pero en pesos.
La propuesta de Fernández es más simple. Su idea es que el Estado subsidie directamente a los deudores, dejando los créditos congelados y entregando un título público a los bancos a modo de compensación. Esto debería hacerse a través de un decreto. El sector bancario no quiere saber nada con esa posibilidad. El presidente de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), Mario Vicens, remarcó que “un nuevo cambio de reglas de juego es realmente negativo, porque afecta el restablecimiento del crédito a largo plazo y genera inseguridad jurídica y contractual”. “Para los bancos es mucho más importante reconstruir la vigencia de los contratos y la seguridad jurídica –completó–, que ser compensados por las pérdidas adicionales que puedan derivarse de las medidas bajo estudio.”
Lavagna coincide con esos argumentos –y sabe que el FMI también– y llamó desde Bruselas a su vocero para que expresara la posición de Economía. De todos modos, Torres dejó en su jefe la respuesta final, declarando que “hasta el momento no hay ningún cambio. Habrá que ver qué pasa cuando vuelvan el Presidente y el ministro”. “Para Economía el ajuste del CVS es de 1,8 mensual y de 14,9 por ciento al final”, cuando se terminen de incorporar los 200 pesos al salario, tras ocho meses. Scioli,en cambio, había dicho que “se trabajará para que el impacto sea lo menor posible”.