La empresa estatal Fabricaciones Militares comenzará a producir vagones cargueros y el Ejército trabajará en la renovación de vías de los ramales operados por el ferrocarril Belgrano Cargas y Logística. Los ministros de Defensa, Agustín Rossi, e Interior y Transporte, Florencio Randazzo, firmaron ayer un convenio para avanzar en la recuperación de los ramales cargueros que habían sido prácticamente paralizados y desmantelados. El objetivo de mediano plazo del Gobierno es lograr mejoras en la competitividad de las economías regionales a partir de la revitalización de capacidades productivas y logísticas del Estado que se habían abandonado. “La construcción de vías y la fabricación de vagones era una capacidad que se había perdido y que ahora estamos en condiciones de recuperar e involucrar en este desarrollo”, afirmó ayer el responsable de Defensa.

La empresa Belgrano Cargas y Logística traslada en la actualidad alrededor de 400 mil toneladas mensuales a través de sus tres líneas: Belgrano, San Martín y Urquiza, las últimas dos se sumaron luego de la terminación de la concesión a la firma brasileña ALL. “Necesitamos llevar adelante un proceso de recuperación de la infraestructura de cargas para bajar los costos de la logística”, expresó el ministro Randazzo durante una conferencia de prensa en Casa Rosada.

Entre los tres ramales que opera Belgrano Cargas y Logística (BCyL) hay 9282 kilómetros de vías operativos a través de 17 provincias. No obstante, en Interior y Transporte reconocen que el mal estado de las vías obliga en muchos casos a circular a velocidades que no superan los 5 kilómetros por hora. Las obras de vías que realizará el Ejército permitirán en el mediano plazo mejorar las velocidades de circulación y limitar los frecuentes descarrilamientos. La primera etapa de trabajo se desarrollará en la traza del ferrocarril Belgrano. En la tarea de construcción de vías estarán involucrados entre 1000 y 1500 efectivos pertenecientes al cuerpo de ingenieros del Ejército. “No hay un limitante presupuestario, hay una decisión política para recuperar la red ferroviaria de cargas y la estamos implementando”, sostuvo Randazzo.

Belgrano Cargas y Logística cuenta con 110 locomotoras, 5929 vagones operativos (aunque eso no implica que estén en las mejores condiciones) y alrededor de 4200 vagones inoperables. Interior y Transporte pretende que los talleres ferroviarios privados comiencen a recibir una parte de esos vagones, “para que estén enfocadas primordialmente la producción y reparación de vagones de carga”, sostuvo Randazzo. La estimación del Gobierno es que entre el sector privado y los talleres estatales se pueden poner a punto cerca de 1500 vagones al año.

Fabricaciones Militares producirá vagones de cargas. La empresa estatal diseñó un prototipo en la fábrica de Río Tercero. La línea de producción de Fabricaciones Militares puede producir hasta 35 tolvas cargueras por mes. Dependerá de la escala de producción que se alcance pero en Defensa sostienen que los precios de los vagones nuevos están en línea con los valores internacionales. Al igual que en el caso de las vías, la producción nacional de vagones había sido abandonada hace más de 30 años.

BCyL mueve en promedio por los distintos ramales que opera 52 formaciones por día. La firma todavía carece de un volumen de carga significativo y el estado deteriorado de las vías pone una importante limitación a su eficiencia. Sin embargo, la terminación de la concesión privada que estaba en manos de los sindicatos de transporte –La Fraternidad, Unión Ferroviaria y Camioneros– junto con las empresas Roggio, Emepa y la china Shima, y la decisión política de recuperar los ramales estratégicos que conectan el norte del país con los puertos santafesinos y bonaerenses permitieron introducir algunos cambios relevantes. La nueva regulación sectorial habilitó un mecanismo de promoción de la economía local solventado por los flujos de alta rentabilidad (granos y áridos) en beneficio de las economías regionales y flujos de productos industriales. Así, la política comercial de BCyL contempla la disminución del costo del transporte de 30 a 35 por ciento para economías regionales y flujos de productos industriales.