El Frente para la Victoria (FpV) en la Cámara de Diputados consiguió el dictamen del proyecto de ley que aumenta los impuestos internos a los vehículos que superen los 250 mil pesos, a embarcaciones para uso recreativo y aeronaves, entre otros. El oficialismo analizará algunas alternativas de modificación, a pedido del propio bloque y la oposición, con el objetivo de segmentar el incremento del tributo en función de los valores de estos bienes suntuarios. También se evaluará la posibilidad de que el tope dispuesto para los automóviles pueda modificarse en función de las variaciones de sus precios en el mercado. “La idea es que no caigan las 800.000 unidades vendidas hasta octubre, todo lo contrario”, manifestó Roberto Feletti, presidente de la Comisión de Presupuesto. La iniciativa será tratada en la sesión de hoy. De aceptarse algunos de los cambios sugeridos, parte de la oposición expresó su voluntad de acompañar el proyecto. El PRO y el FAP presentaron sus respectivos dictámenes.

La iniciativa para aumentar los impuestos internos a ciertos bienes suntuarios entró al Parlamento el viernes pasado y mañana podría conseguir la media sanción. “La premura para avanzar en este tema se explica por la posible especulación de algunos que podrían apurarse a comprar estos bienes antes de que salga la ley”, manifestó Carlos Heller durante el debate en la Comisión de Presupuesto, que duró menos de una hora. Los bienes alcanzados son casi en su totalidad importados, que demandan divisas que el Gobierno podría destinar a otros objetivos prioritarios.

Dentro de los bienes suntuarios a los que se les pretende modificar la alícuota del impuesto interno están los autos más caros del mercado. La propuesta implica que los vehículos de hasta 170 mil pesos de salida de fábrica estén exentos y que por encima de ese valor el impuesto interno se eleve del 10 al 50 por ciento.

La suba del impuesto afectaría los modelos importados de alta gama, como por ejemplo el Vento, Chevrolet Captiva y el Cruze, Citroën C5, Ford Mondeo, Honda Accord, Civic y CRV, Peugeot 308 y 408, Renault Megane III y VW Passat. Y entre las marcas de lujo, los modelos de Audi, Mercedes-Benz, BMW, KIA, Nissan, Hyundai y Jeep. Sin embargo, el proyecto no distingue entre producción nacional e importados. Los representantes de la industria solicitaron la posibilidad de no gravar los autos de alta gama de producción nacional.

Por su parte, la oposición reclamó revisar los importes de los autos alcanzados por la iniciativa, ya que consideraron que tal cual quedó redactado, ante cualquier modificación de precios, podrían ingresar al listado una mayor cantidad de vehículos que actualmente serían adquiridos por la clase media. Esta inquietud fue recibida por el FpV, y se planteó la posibilidad de realizar alguna modificación al proyecto. “¿Si se pusiera una cláusula de ajuste o un mecanismo de escalas de las alícuotas, acompañarían?”, preguntó Heller (FpV-Nuevo Encuentro).

La oposición se mostró a favor de mejorar el proyecto. “Si llegamos a un acuerdo, no vaya a ser que después voten en contra, como sucedió tantas veces”, advirtió, con tono irónico, Carlos Kunkel (FpV).

Según fuentes del Ministerio de Economía, la importación de autos de alta gama sobre los cuales recaería la suba de impuestos implica una erogación anual de 500 millones de dólares. Por otro lado, las aeronaves y aviones para uso recreativo que superen los 170 mil pesos pasarían a estar gravados por una tasa del 50 por ciento. La importación de aviones para uso recreativo, medidos en 15.000 kilos, demandó 160 millones de dólares el año pasado. Los motociclos y velocípedos con motor que cotizan entre 22 a 40 mil pesos comenzarían a pagar una tasa del 30 por ciento y los superiores a 40 mil pesos, un 50 por ciento.

Por otro lado, las embarcaciones para recreo o deportes y motores fuera de borda desde 22 mil hasta 170 mil pesos serán gravados con un 30 por ciento, mientras que los que superan los 170 mil pesos, con un 50 por ciento de impuestos internos.