El nivel de asalariados sin descuento jubilatorio descendió en casi un punto entre el tercer trimestre de 2012 y el mismo período del año actual, al pasar del 35,4 por ciento del total de empleados en relación de dependencia al 34,6 por ciento. El dato corresponde a la Encuesta Permanente de Hogares publicada ayer por el Indec, que da cuenta de que los indicadores mayores de informalidad se observan en los distritos del norte del país, con un 42,2 por ciento en la región Noroeste y 41,7 en la Nordeste.

Dentro del denominado aglomerado Gran Buenos Aires se registra una fuerte diferenciación entre lo que sucede en la ciudad de Buenos Aires y en los partidos del conurbano. En la primera, el nivel de informalidad es del 22,4 por ciento entre los asalariados, mientras que en el conurbano llega al 39,4 por ciento. El promedio de la región en su conjunto es del 35,1 por ciento, cinco décimas por encima de la media nacional.

El nivel de trabajadores no registrados se corresponde con la diferencia entre las tasas de desocupación en ambos subdistritos. Es decir, a mayor desempleo, mayor posibilidad de que un trabajador se vea obligado a aceptar condiciones menos favorables de contratación o conchabo. En el tercer trimestre, la tasa de desocupación era sensiblemente superior en el conurbano (8,1 por ciento) que en la Ciudad Autónoma (5,2). De todos modos, es un hecho igualmente notable que, ante tasas de desempleo relativamente bajas, se mantengan niveles de informalidad superiores a un tercio de los trabajadores asalariados.

Otro distrito con elevada proporción de trabajadores no registrados es Corrientes, con el 46,2 por ciento. Lo notable es que se verifique en un distrito con apenas 4,6 por ciento de desocupación en el tercer trimestre. La misma falta de correspondencia se observa en el caso de Formosa, con muy elevado nivel de informalidad (43 por ciento), que convive con una tasa de desempleo del 1,7 por ciento. En estos casos, puede tratarse de características de empleo de por sí muy ligadas a la no registración (rural, construcción, doméstico) que resulten predominantes en la zona. O bien a algún tipo de problema estadístico que no esté reflejando el nivel de desempleo en forma fehaciente.

En la región Noroeste, los indicadores más elevados de asalariados sin descuento jubilatorio, según el Indec, se dan en el conglomerado Santiago del Estero-La Banda (47,4 por ciento), con una desocupación del 3,5 por ciento; Gran Tucumán-Tafí Viejo (43,9 por ciento), con desempleo del 3,3 por ciento, y Salta (42,3 por ciento), con un 9,3 por ciento de desocupados. También en Concordia (provincia de Entre Ríos), la tasa de informalidad es elevada (42,9 por ciento), siendo la tasa de desocupación relativamente baja (4,8 por ciento). En cambio, en la región patagónica apenas se registra una informalidad del 18 por ciento.

Por otra parte, en el mismo informe se brinda una desagregación de la tasa de desocupación en la población según sexo y edades. Allí se observa que, sobre un desempleo general del 6,8 por ciento para el tercer trimestre, en los 31 aglomerados urbanos en los que hasta ahora se hace la medición, el correspondiente a las mujeres hasta 29 años alcanzaba al 17,4 por ciento, siendo el sector etario más perjudicado. Entre los varones hasta 29 años, el desempleo era del 12,3 por ciento, es decir cinco puntos inferior.

En términos generales sin distinción de edad, la desocupación entre las mujeres resultaba más elevada que entre los varones (8,5 contra 5,6 por ciento), con una diferencia de casi tres puntos. Entre la población que va de los 30 a los 64 años, la tasa de desocupación de las mujeres llega al 5,5 por ciento y el de los varones, al 3,1 por ciento.