El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el ministro de Economía, Axel Kicillof, recibieron ayer en Casa de Gobierno a los representantes de las terminales automotrices para analizar la situación del sector y las perspectivas de cara a la negociación de la nueva política automotriz del Mercosur. El encuentro, sin embargo, estuvo cruzado por la ley que sube los impuestos internos a los autos y que está en el Senado, y el pedido del Gobierno para que las firmas reduzcan un 20 por ciento sus importaciones de vehículos. Las empresas pretenden que se introduzcan algunos cambios en ambas medidas, los funcionarios quedaron en responderles en los próximos días.

Visitaron a Capitanich y Kicillof el titular de Adefa y de Ford, Enrique Alemañy, Isela Costantini (General Motors), Cristiano Rattazzi (Fiat), Martín De Gaetani (Honda Motor), Analía Pelegrino (Iveco), Roland Zey (Mercedes-Benz), Luis María Ureta Sáenz Peña (Peugeot-Citroën), Thierry Koskas (Renault), César Luis Ramírez Rojas (Scania), Daniel Herrero (Toyota) y Luis Merens (Volkswagen). Es el primer encuentro de las terminales con Capitanich en el máximo cargo de ministros.

La reunión duró alrededor de una hora, en la que se abordaron en primer lugar las cuestiones relativas a la coyuntura. Varios empresarios presentaron la situación del sector, donde sobresalen una serie de datos. Hasta noviembre se produjeron 746.085 unidades, una suba interanual de 6,1 por ciento. Se exportaron 409.423 vehículos, que implica un avance de 9,5, mientras que las ventas a concesionarias (que incluyen a los vehículos importados) llegaron a 874.950 vehículos, un alza del 18 por ciento.

Un tema ineludible fue la suba de los impuestos internos a los autos que superan los 170 mil pesos de salida de fábrica, según plantea la ley que el Senado está próximo a sancionar. Las terminales dejaron a Capitanich y Kicillof un documento donde piden que el piso a partir del cual comienza la aplicación del impuesto se actualice de manera automática, de manera que el año que viene no queden adentro del tributo muchos más modelos de producción nacional. Por ahora, está afectado el SW4 de Toyota y sólo las variantes más caras de un par de modelos de algunas otras fábricas.

Por otro lado, las terminales advirtieron que existe una reglamentación previa de Aduana que bajaría el piso del impuesto a los 85 mil pesos de salida de fábrica, lo que dejaría a casi todo el mercado alcanzado por la norma. Sin entrar en detalles, Capitanich dijo que ése no es el espíritu de la ley. Además, las automotrices pidieron que los autos que ya se encargaron, pero que se encuentran en tránsito y seguramente ingresen al país después de la sanción de la ley, no queden afectados por la suba impositiva.

Otra de las medidas dirigidas al sector que se dieron a conocer en el último tiempo fue el pedido del Gobierno a las automotrices para que reduzcan un 20 por ciento sus importaciones de vehículos terminados. El objetivo oficial es minimizar la pérdida de reservas internacionales durante el verano. “Hay una caída de reservas, podemos colaborar ajustando un poco”, admitió un empresario que asistió al convite. De todos modos, las automotrices ofrecieron que la reducción de las importaciones pueda ser menor si se logran incrementar las exportaciones. “Para Brasil un esquema de compensación de ese tipo es más atractivo, porque si ellos me compran un auto más, yo les puedo comprar también”, graficó.