El ministro de Economía, Axel Kicillof, les restó importancia a las diferencias entre funcionarios del gabinete nacional, y dijo que si bien “puede haber al interior del Gobierno diferentes puntos de vista” al final “hay una sola cabeza que toma las decisiones”, que es la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Estas declaraciones llegaron luego de que el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, anunciara una modificación en el régimen del Impuesto a los Bienes Personales, que luego fuera desmentida por el titular de Hacienda.

“Algunas discusiones inherentes a una administración del tamaño de nuestro país en los últimos tiempos salieron a la luz pública por varios motivos: la menor presencia pública de CFK, el nuevo estilo de trabajo del jefe de Gabinete, algunas diferencias personales”, explicó a Página/12 un dirigente oficialista que visita con frecuencia la Casa Rosada. Sin embargo, advierte, “estos cortocircuitos no perjudican al Gobierno, que sigue funcionando bajo las instrucciones y la supervisión de la Presidenta”.

El ministro de Economía salió al cruce de versiones acerca de los supuestos problemas al interior del gabinete, un día después de haber descartado los cambios en el sistema tributario que propuso públicamente Echegaray. “Las telenovelas que intentan armar con problemas entre los distintos miembros del gabinete. Es poco serio”, se lamentó Kicillof, quien explicó que la reforma a Bienes Personales “estaba en estudio, como hay en estudio muchísimas medidas”, pero que finalmente fue descartada.

“¿Qué esperan, que los miembros del gabinete no discutamos la conveniencia de una medida?”, planteó ante periodistas que lo aguardaban en la puerta del Ministerio de Economía. “En todo el mundo ocurren medidas que pueden ser favorables en algún punto y desfavorables desde el otro”, pero “la decisión final está en la presidenta de la Nación”, aclaró. “Si alguien dice que está estudiando tal cosa, y eso después otra área de Gobierno dice ‘lo hemos evaluado y no se va a hacer’, no es que haya un conflicto en el gabinete nacional”, agregó.

En el Gobierno reconocen que el cambio de estilo obligado por la recuperación de la mandataria tras la intervención quirúrgica de octubre y el estilo que le imprimió Jorge Capitanich a la Jefatura de Gabinete han sacado a la luz “algunas hilachas” que antes se resolvían en privado, pero aseguran que no hubo “cambios de fondo” en la forma de gobernar. Es cierto que “se planteó en las últimas semanas un nuevo esquema de trabajo que empodera a algunas figuras del gabinete en detrimento de otras que perdieron una porción de poder”, como explica un funcionario con despacho en Casa Rosada.

Entre los beneficiados por los cambios en el Gobierno están Capitanich y Kicillof. “Y a veces cuesta adaptarse a los nuevos tiempos”, deslizaba, conocedor de las internas, otro avezado dirigente justicialista, que también recordaba, sin malicia, que ha habido, anteriormente, otros cruces entre el titular de AFIP y el ministro de Economía, y que “eso puede haber, con el tiempo, resentido la relación personal”. Sin embargo, al final del día, “la que centraliza las decisiones es Cristina”, coinciden todas las fuentes consultadas. “Esa centralización del poder siempre ha sido así, con ella y antes con Néstor, siempre funcionó bien así y no va a cambiar”, se explica.

La presencia de un jefe de Gabinete o un ministro de Economía fuerte “tiende a aliviar el trabajo de Cristina, en todo lo que se refiere a la exposición pública y a las reuniones de equipo”, pero la Presidenta, a través de audiencias y de conversaciones telefónicas diarias con sus funcionarios, sigue de cerca todos los aspectos de la gestión. En palabras de Kicillof, “evidentemente puede haber al interior del Gobierno diferentes puntos de vista, pero después hay una sola cabeza que toma las decisiones, que es la Presidenta de la Nación”.