Frente a un centenar de diputados peronistas, Roberto Lavagna prácticamente condicionó el acuerdo con el FMI a la sanción de un paquete de leyes económicas. Aseguró que es “imperioso” que se aprueben esos proyectos antes de fin de mes y confirmó que el Gobierno no pagará con reservas del Banco Central el próximo vencimiento con el organismo, el 9 de setiembre, por 3200 millones de dólares. Por lo tanto, sostuvo, es esencial conseguir el acuerdo antes de esa fecha para refinanciar el pago y, otra vez, para eso se requiere la sanción de las leyes. El bloque entendió que la descripción era un poco exagerada, propia de un ministro que presiona con fuerza para obtener lo que quiere, pero resolvió satisfacerlo parcialmente.
Al cierre de esta edición, era probable que el capítulo del impuesto a las Ganancias del paquete antievasión fuera aprobado, mientras que la reforma a la Carta Orgánica del Banco Central y a la Ley de Entidades Financieras parecía que quedaría para la próxima semana. En Economía confesaron que Lavagna abandonó el Congreso ayer al mediodía convencido de que esas tres iniciativas serían votadas a la noche, por lo cual sufriría cierta decepción si finalmente los últimos proyectos hubieran quedado sin sanción.
El problema, en tal caso, es que las cosas se pondrían más difíciles la semana que viene. Si los proyectos no salieron, fue porque dentro del bloque oficialista existen diferencias con las propuestas del Poder Ejecutivo. Lavagna esperaba que su presión fuera suficiente para conseguir que las reformas a la Carta Orgánica del Central y a la Ley de Entidades Financieras se convirtieran en ley, pues ya tenían media sanción del Senado.
En cuanto a los cambios al impuesto a las Ganancias, los legisladores de la Comisión de Finanzas terminaron por aceptar los argumentos del Poder Ejecutivo y dejaron el proyecto sin cambios. Como se dijo, era probable que fuera votado anoche. La iniciativa establece dos reformas importantes. La primera se vincula con las operaciones de exportaciones de commodities, básicamente granos. La AFIP presupone que las siete grandes exportadoras del sector, todas multinacionales, eluden el pago de Ganancias por cifras millonarias. Lo harían, según sospecha, mediante maniobras de triangulación de exportaciones. Para evitarlo, con el cambio a la ley la AFIP tendrá la atribución de ajustar las declaraciones juradas de Ganancias de esas empresas para que paguen impuestos por el valor de los envíos el día del despacho, y no cuando cerraron la operación, antes de esa fecha. El segundo punto dispone que todo ingreso de divisas desde paraísos fiscales deberá demostrar que no son incrementos patrimoniales no justificados. De no poder hacerlo, se les aplicará la tasa máxima de Ganancias.