El Gobierno se reunirá mañana con la cadena de valor automotriz para analizar los números de esa actividad, frente a las quejas de concesionarios y terminales por menores ventas como resultado del impuesto a los autos de alta gama. Los empresarios del sector sostienen que el nuevo gravamen redujo las ventas y, como resultado, comenzaron a registrarse suspensiones de turnos en las automotrices. Tal como informó Página/12, la presidenta Cristina Fernández les había anticipado a los empresarios de la Unión Industrial que recibió el viernes pasado que estaba dispuesta a modificar el impuesto si era necesario. Según pudo saber este diario, en Economía existe ya un proyecto para readecuarlo con el objetivo de evitar un deterioro del sector.

El encuentro contará con la presencia del ministro de Economía, Axel Kicillof, y de Industria, Débora Giorgi. El análisis del impacto en la recaudación quedará en manos de AFIP, aunque no está confirmada la presencia del titular de la entidad, Ricardo Echegaray. Del lado empresario asistirán representantes de terminales y autopartistas. Tampoco está confirmada la presencia de los concesionarios, quienes no estuvieron en la anterior reunión.

Entre los problemas que se conocieron desde el sector, se encuentra la paralización de actividades de Renault en su planta de Santa Isabel, mientras que la semana pasada Volkswagen las suspendió cuatro días y dio licencia a sus empleados aduciendo razones técnicas. Lo mismo sucedió con la autopartista Valeo. Por su parte, la cámara de concesionarios (Acara) informó que en febrero el patentamiento se redujo en 8,5 por ciento interanual. No se descarta un tirón de orejas al sector, ya que desde el Gobierno afirman que las automotrices no debieron haber aumentado los precios en los niveles que lo hicieron tras la devaluación.