El ministro de Economía, Axel Kicillof, participó ayer de la reunión de directorio del Banco Central, que encabezó el presidente del organismo monetario, Juan Carlos Fábrega. Durante el encuentro se analizaron puntos referidos a la “coordinación de la política monetaria y fiscal”, señalaron a este diario fuentes del Central. Kicillof brindó además detalles del viaje a Estados Unidos para participar de la reunión del FMI y el Banco Mundial y de la cumbre de ministros de Economía del G-20. La reunión en el BCRA tuvo lugar luego de que el Central decidiera fijar un techo a la suba de tasas de interés. La anterior participación de Kicillof en el Central había sido en enero, tras lo cual se realizó la devaluación de la moneda y se liberó la compra de moneda extranjera para atesoramiento. La divisa finalizó ayer su tercera semana sin cambios en 8,01 pesos, mientras que el BCRA compró 200 millones en el mercado.

Con motivo del feriado por Samana Santa, la reunión de directorio se realizó ayer. Desde el organismo buscaron restarle trascendencia a la participación de Kicillof y aclararon que “no hubo reunión bilateral” con Fábrega. Sin embargo, el encuentro fue una señal del trabajo coordinado que llevan adelante Economía y el Central, en respuesta a versiones permanentes de supuestos cortocircuitos entre los funcionarios que encabezan ambas dependencias. También estuvo en la reunión Germán Feldman, un director del banco que es del riñón de Kicillof. El tema que no escapó al debate entre los presentes fue la situación de las tasas de interés, cuyo incremento amenaza con enfriar la actividad económica. El Central dispuso anteayer una reducción de 100 puntos básicos en la tasa de todos los plazos en su licitación de letras y notas, pese a lo cual redujo en 3425 millones de pesos la base monetaria.

La medida buscó definir un techo a la suba de tasas. La Badlar (promedio de depósitos mayoristas) se disparó en las últimas semanas casi cinco puntos porcentuales y se ubicaba encima del 27 por ciento anual entre entidades privadas. Tras la licitación, la Badlar perdió 1,2 punto hasta 26,6 por ciento. De todos modos, en el Central consideran que aún es alta. También se analizó el panorama cambiario. El Central mantuvo esta semana un nivel de absorción de divisas cercano a su máximo histórico. En la rueda de anteayer compró 350 millones de dólares, la segunda mayor adquisición desde la conformación del mercado único y libre de cambios. Ayer adquirió 200 millones, lo que eleva la cifra en lo que va del mes a 1770 millones de dólares. Esta semana corta –por el feriado– el Central compró 670 millones de dólares en el mayorista. La normalización en el ingreso de divisas por parte del sector agroexportador permitió al Central recuperar reservas, aunque el pago de compromisos e importaciones amortigua el impacto. El stock de reservas finalizó la semana en 27.801 millones de dólares, con un aumento de 42 millones ayer y de 738 millones en el mes. La diferencia se explica por el pago a organismos multilaterales, pago de deuda soberana y por importación de energía. Este último ítem le está costando al Central unos mil millones de dólares al mes en reservas.

La contracción en la liquidez en pesos, en un contexto de abastecimiento normal de divisas y de estabilidad en el tipo de cambio, congeló la operatoria el segmento informal. Las cuevas de la city mantuvieron en 10,40 pesos el precio del blue, pese a que –salvo casos puntuales– es un valor que no convalida el comprador. “Muchos compraron por encima de los diez pesos y hoy para ahorro se vende un peso más abajo”, explican desde la mesa de una casa de cambios. La variante del dólar para ahorro, con una retención del 20 por ciento, se ubica en 9,61 pesos, mientras que para viajes y turismo –con el 35 por ciento a cuenta– asciende a 10,81 pesos. La brecha entre el paralelo y la cotización de la divisa se mantiene debajo del 30 por ciento. Para las operaciones de contado con liquidación se convalidó un tipo de cambio implícito de 9,70 pesos y alcanzaba a 10,05 pesos con dólar-Bolsa.