La actividad industrial bajó 4,2 por ciento en abril y acumula una caída de 3,5 por ciento en el año, informó ayer el Indec. El primer cuatrimestre fue más flojo incluso que en 2009, cuando la industria a esta altura del año caía 2,5 por ciento, castigada por el desplome de la demanda mundial con la crisis subprime. Las ramas más afectadas son la automotriz, la metalmecánica, la química y el plástico, mientras que muestran subas los textiles, edición e impresión y la siderurgia. La razón de la retracción industrial es en primer lugar interna, porque la mayor parte de la manufactura se vende en el mercado local. En abril, la baja con respecto al mismo mes de 2013 fue impulsada por autos y metalurgia, aunque hubo también varios sectores que crecieron en el interanual, como la siderurgia, refinación de petróleo, textil y el sector alimentario. Además, se registró la primera suba del año en la comparación mensual: 0,9 por ciento.

La retracción industrial tiene lugar sobre un nivel de producción que es en varios casos alto en términos históricos, lo que relativiza el impacto de las caídas. Por ejemplo, en abril la industria siderúrgica produjo en términos físicos un 50 por ciento más que en el mismo mes de 1998, similar al avance del sector automotor. Los insumos para la construcción (minerales no metálicos) crecieron un 80 por ciento, mientras que la producción del sector químico se duplicó. No pasó lo mismo en un sector clave del entramado industrial como es la metalmecánica, que agrupa a fabricantes de bienes de capital, de partes y piezas y autopartistas, y que está prácticamente en el mismo nivel que en 1998.

De todas maneras, el desempeño (relativo) de la industria en lo que va del año es flojo, peor que en la crisis internacional de 2009. Para encontrar las razones de ese desempeño vale recordar un dato aproximado: menos del 30 por ciento de la producción de manufacturas industriales y de manufacturas del agro se destina a la exportación. Y el primer rubro exportador, el sector alimentario, no mostró caídas. Es decir que la retracción industrial guarda mucha más relación con la dinámica del mercado interno, donde se deterioró el salario real, con impacto en el consumo, y se frenó la inversión a partir de la inestabilidad macroeconómica del verano. También la suba de la tasa de interés dificultó el acceso a bienes de consumo durables y con ello perjudicó la producción. En el caso de los autos, sector mucho más exportador que la media, la mitad de la baja de actividad se explica por las ventas externas, las cuales se destinan en su mayoría a Brasil.

En abril el sector que más cayó en la comparación anual fue el automotor (-20 por ciento), que tiene un peso relevante en el indicador general, de modo que lo tracciona al alza cuando las terminales andan bien, y viceversa. Es un sector con mucha visibilidad: las suspensiones que aplicaron las fábricas fueron noticia en las últimas semanas. La metalmecánica, ligada a la inversión, en tanto, cayó 17,1 por ciento. Otro sector que el mes pasado bajó fue productos de caucho y plástico (-6,8 por ciento), a raíz de las caídas en la fabricación de neumáticos y de las manufacturas del plástico. Papel y cartón, en tanto, bajó 2,2 por ciento.

Sin embargo, otros sectores crecieron en abril con respecto al mismo mes de 2013, lo que muestra que la industria no actúa en bloque, que hay heterogeneidades. El sector de mejor desempeño fue la siderurgia, con una suba de 7,5 por ciento a partir de la venta de acero crudo y de aluminio primario. También avanzaron la refinación de petróleo (7,1 por ciento) y edición e impresión, con el 9,2 por ciento.

La industria alimentaria creció 4 por ciento el mes pasado, a partir de la molienda de cereales y oleaginosas (9,2), carnes rojas (6,8) y bebidas (9,7). En tanto, cayeron carnes blancas (-1,6), lácteos

(-6,3), azúcar (-9,4) y yerba mate y té (-9,5 por ciento). Por su parte, la industria textil subió 2,4 por ciento y el sector químico lo hizo en 1,9 por ciento.