Jue 28.08.2003

ECONOMíA

Santibañes investigado por la AFIP por una evasión multimillonaria

Por primera vez, Fernando de Santibañes no cuenta con la protección estatal que alfonsinistas, menemistas y aliancistas supieron ofrecerle. La AFIP lo intimó por una evasión de 8 millones de pesos.

› Por Maximiliano Montenegro

Se hizo multimillonario en menos de una década gracias a los favores de funcionarios de Alfonsín, ideó un negocio tan escandaloso como ruinoso para el Banco Nación durante la era Menem y fue el omnipresente “Señor 5” del gobierno de la Alianza, mientras digitaba en las sombras el rumbo de la política oficial que terminó en la mayor crisis económica de la historia argentina. Hoy sigue gozando de la dolce vita al aire libre en su quinta de Villa Rosa, Pilar, contigua al lugar de exilio de su amigo Fernando de la Rúa; y no perdió la pasión por los caballos de carrera y la lectura de papers de la Universidad de Chicago. Sin embargo, por primera vez en mucho tiempo, ya no cuenta con la protección estatal que alfonsinistas, menemistas y aliancistas supieron ofrecerle. En los últimos días, el ex banquero Fernando de Santibañes fue intimado por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) a regularizar una deuda de 8 millones de pesos con el fisco, que se ahorró de tributar mediante una presunta maniobra de evasión de IVA y Ganancias el mismo año en el que la Alianza llegó al poder.
Según pudo confirmar Página/12, los sabuesos de la AFIP descubrieron incongruencias en las declaraciones juradas del ex jefe de la SIDE de De la Rúa. Las mismas se remontan a la época en la que vendió el Banco de Crédito Argentino en casi 184 millones de pesos al grupo español Bilbao Vizcaya, enajenación que dio origen al actual Banco Francés. La operación se concretó en 1997. Pero recién fue exteriorizada en las declaraciones impositivas de Santibañes de los años 1998 y 1999.
Sobre ambos ejercicios la AFIP efectuó un ajuste de 8 millones de pesos que el ex banquero omitió tributar, apelando a una triquiñuela contable, al declarar como ingresos exentos una parte de la operación que según el ente recaudador estaba gravada por IVA y Ganancias.
Como la mayoría de las declaraciones de Ganancias se presentan en diciembre, la maniobra habría sido perfeccionada el mismo mes en que la Alianza llegó al poder y De la Rúa encumbró en la SIDE a su multimillonario amigo. Que durante los siguientes dos años la AFIP no haya prestado atención al asunto tal vez se haya debido a la decisiva influencia que el propio Santibañes tuvo en las designaciones de los sucesivos titulares del organismo: el ex FMI Carlos Silvani y el radical Héctor Rodríguez.
En realidad, la fiscalización a Santibañes se abrió el año pasado, durante la gestión de Eduardo Duhalde. Pero recién ahora el organismo oficial resolvió intimarlo formalmente al pago. Este es el primer paso administrativo seguido habitualmente por la AFIP al detectar agujeros negros en las declaraciones impositivas, siempre que el contribuyente no posea en su prontuario fiscal otras causas por evasión.
Si el supuesto evasor reconoce la intimación, acepta rectificar sus declaraciones juradas y se allana a abonar lo adeudado, por única vez lograría extinguir la acción penal que suele iniciar la AFIP en estos casos.
Sin embargo, si Santibañes se rehusase, una vez agotada la vía administrativa, por los montos involucrados (la supuesta evasión supera el millón de pesos ), la AFIP debería radicar una denuncia penal por evasión agravada en los flamantes tribunales tributarios. Para dicho delito, la ley contempla una pena mínima de 3,5 años de prisión y una máxima a 9 años.
De Santibañes es un notable ejemplo de la movilidad social ascendente que existió para unos pocos en la Argentina de las últimas dos décadas, mientras millones caían sin red en la pobreza. En 1984 ingresó como empleado de una modesta mesa de dinero (Financiera Tucumán), que dos años después compró el Banco de Crédito Argentino, gracias al generoso aporte de avales y redescuentos extraordinarios por parte del Banco Central de Alfonsín. Entre 1989 y 1991 diseñó una operación financiera para instalar con créditos de Italia la mayor curtiembre en el país que le costó alBanco Nación –salió como garante–, 100 millones de dólares. En 1995 ya era dueño, junto con la familia Gorodisch, del banco que vendió a los españoles dos años y se convirtió en multimillonario. Ahora debe rendir cuentas a la AFIP.

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