ECONOMíA › EN AMERICA LATINA TREPO A 184.920 MILLONES DE DOLARES EL AÑO PASADO, 4,5 POR CIENTO MAS QUE EN 2012
En Argentina, en cambio, la inversión de empresas multinacionales computó el año pasado 9082 millones de dólares, contra 12.116 millones del 2012. La Cepal advirtió acerca de la vulnerabilidad externa que generan estos flujos.
En América latina y el Caribe la inversión extranjera directa (IED) ascendió a 184.920 millones de dólares en 2013, cuando había sido de 177.021 millones de dólares el año anterior, al tiempo que en la Argentina la inversión de empresas multinacionales computó el año pasado 9082 millones de dólares, contra 12.116 millones del 2012 y 5350 millones del promedio 2004-2007. Así lo informó ayer la Cepal. Brasil, Chile, Perú y Paraguay registraron una contracción de la IED durante el año pasado respecto del 2012, al tiempo que México, Uruguay y Colombia incrementaron la llegada de los flujos financieros de firmas transnacionales. La entidad dependiente de Naciones Unidas advirtió acerca de la vulnerabilidad externa que genera la inversión extranjera para la región, señaló la necesidad de orientar estos fondos hacia actividades de mayor valor agregado y aseguró que la entrada de estos recursos no tiene un impacto relevante en la creación de puestos de trabajo.
En 2013, la inversión extranjera hacia la región se concentró en seis países, que explicaron el 80 por ciento de los ingresos. El primero de esta lista fue Brasil, con una entrada de 64.046 millones de dólares, contra la recepción de 65.272 millones de dólares del 2012. A continuación se ubicaron México, con un ingreso de 38.286 millones de dólares, cuando habían sido 17.628 millones el año anterior; Chile, con 20.258 millones, contra 28.542 del 2012; Colombia, con 16.772, contra 15.529; Perú, con 10.172, contra 12.240, y Argentina, con 9082, contra 12.116.
Además de la distribución de la inversión extranjera por países, el documento de la Cepal precisó que el 38 por ciento de los recursos monetarios que ingresaron a América latina se aplicaron en el sector de servicios, 36 por ciento en el sector manufacturero y 26 por ciento en el complejo de recursos naturales. También se indicó que Europa y Estados Unidos fueron las principales fuentes de la inversión extranjera, continuando con la tendencia de los últimos años. En Brasil, las transnacionales de origen europeo representaron el 46 por ciento de las inversiones, al tiempo que las norteamericanas aportaron el 14 por ciento de los fondos. El dato adquiere relevancia debido a que la economía brasileña representa el 34 por ciento de la llegada de inversiones a América latina.
En cuanto a las ganancias de las multinacionales por sus operaciones en la región, el informe de la entidad que dirige Alicia Bárcena apuntó que la tasa de rentabilidad (retorno anual) de la inversión extranjera directa registró una disminución durante los últimos años, pasando del 10 al 6 por ciento entre 2007 y 2013. A pesar de este desempeño, las utilidades de las multinacionales ascendieron a 111.662 millones de dólares en 2013, para triplicar el volumen de beneficios del 2004 (40.000 millones de dólares). El organismo indicó que el giro de dividendos de las multinacionales genera fuertes tensiones en las cuentas externas de la región, explicando parte relevante del déficit de la cuenta corriente. La situación se potencia porque el superávit de la balanza comercial de los países ya no es suficiente para compensar esta salida de utilidades.
Además de revisar el rol de la inversión extranjera directa en materia de sustentabilidad externa, se evaluó el impacto de estos flujos respecto del mercado laboral de la región. Las estimaciones de la Cepal apuntaron que en los últimos diez años la IED sólo explicó el 5 por ciento de la creación de puestos de trabajo de las economías latinoamericanas. A su vez, precisó que en Argentina se demandan 3,3 puestos de trabajo por cada millón de dólares que invierten las multinacionales, mientras que en Brasil la cifra desciende a 2,6 puestos; en Chile, a 1,7, y en Perú, a 2,1.
“En la última década, la inversión extranjera directa en América latina y el Caribe se ha multiplicado por cuatro, pero es necesario analizar su papel frente al cambio estructural para la igualdad. Creemos que estos ingresos deberían ser parte de los procesos de diversificación productiva que están llevando adelante los países de la región”, cerró la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena. Para 2014, proyecciones del organismo indicaron que la IED retrocedería en la región.
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