El acuerdo con el Club de París y la invitación a participar de la próxima cumbre de los Brics, dos hechos que se han producido esta semana, ratifican dos de las políticas que la Argentina ha adoptado a partir de mayo de 2003: el desendeudamiento y la integración y cooperación con otros países emergentes.

El acuerdo alcanzado en París es un hecho más que demuestra que la Argentina es un país que asume sus deudas y que honra sus compromisos, sin ceder soberanía ni aceptar condiciones de ajuste en detrimento del conjunto de la sociedad. Estas negociaciones, llevadas a buen término por Axel Kicillof –quien está demostrando ser el mejor ministro de Economía desde la recuperación democrática–, permitirán destrabar una situación heredada de gobiernos anteriores que volvía difícil para el país el acceso al crédito externo. Esto potenciará el círculo virtuoso, permitiendo la utilización de esos créditos en la realización de obras para la producción, la reindustrialización y la inversión para lograr el autoabastecimiento energético, políticas clave que este gobierno impulsa desde hace más de diez años, lejos de los procesos de valorización financiera que llevaron al país a ciclos de endeudamiento y de crisis.

No obstante, aún existen sectores de la oposición y del empresariado con una actitud contraria a los intereses del país y parecieran querer impulsar un retorno a esas políticas neoliberales que llevaron a la peor crisis de la historia.

Por otro lado, pero en el mismo sentido, la invitación a la Argentina por parte de Rusia para que participe de la próxima cumbre de los Brics, en la ciudad de Fortaleza, Brasil, es una respuesta incontrastable a todos aquellos que desde distintas tribunas vociferan que el país está “aislado” del mundo. Es un reconocimiento por parte de las principales potencias emergentes a la Argentina; a las políticas del Gobierno; al trabajo de la sociedad; a la inversión productiva, y a la investigación e innovación tecnológica; todos factores que posibilitan el lugar de reconocimiento que tiene hoy el país a nivel internacional.

La invitación abre una inmejorable oportunidad de integración para lograr un posicionamiento más ventajoso y fuerte en el ámbito global. Si en un futuro los Brics se transforman en Bricsa, significará para el país una conquista invaluable, alianza fundamental como es hoy el Mercosur.

Tanto el acuerdo con las naciones que integran el Club de París como la invitación a participar de la reunión de los Brics son un éxito del gobierno nacional, una continuidad de las políticas de recuperación de la soberanía, mediante el desendeudamiento y del crecimiento a través de alianzas y acuerdos con otros países emergentes.

* Presidente de la Confederación General Económica (CGE).