El Ministerio de Hacienda de Brasil revisó a la baja su pronóstico de crecimiento económico para 2014, al pasar de 2,5 a 1,8 por ciento. A su vez, elevó la estimación de inflación de 5,6 a 6,2 por ciento. Es la primera vez en el año que el gobierno brasileño anunció expectativas de un menor nivel de actividad con mayor alza de precios. En cuanto a las proyecciones del mercado financiero, fueron aun más cautelosas que las oficiales. Las entidades privadas calcularon una expansión de la economía del uno por ciento para 2014, mientras que estimaron la inflación anual en 6,4 por ciento. La desaceleración de la demanda agregada de Brasil generó fuertes tensiones para las exportaciones de autos argentinos.