ECONOMíA › QUEDARON DELINEADAS LAS REGLAS DEL MERCADO AUTOMOTOR PARA LOS PROXIMOS MESES
El dinero asignado es menos que el pretendido por las automotrices, pero relaja la situación del último mes. A cambio les piden acelerar la entrega de unidades para el Pro.Cre.Auto y no suspender ni despedir trabajadores.
› Por Javier Lewkowicz
El Gobierno comunicó al sector automotor que le otorgará un piso de 100 millones de dólares por mes para importar partes y piezas a cambio de acelerar la entrega de unidades para el Pro.Cre.Auto y no suspender ni despedir trabajadores. Ese mensaje bajó la ministra de Industria, Débora Giorgi, a directivos de varias empresas. El dinero asignado es menos que el pretendido por las automotrices, pero relaja bastante la situación del último mes. Las reuniones continuarán lunes y martes, pero la noticia permite percibir nuevas reglas de juego para afrontar lo que queda del año. El Pro.Cre.Auto va a continuar con la participación de todas las empresas, aunque probablemente baje la cantidad de modelos y versiones.
Se reedita entonces aquella máxima de la política de primero golpear y luego sentarse a negociar. Frase que acuñó Augusto Vandor, líder del sindicalismo en los ’60, pero que no escapa a la más básica táctica de negociación. La semana comenzó movida para las automotrices, citadas a la Casa de Gobierno para escuchar un duro mensaje de la Presidenta, Cristina Fernández. Durante casi dos horas, CFK analizó los números del sector y repitió la teoría del boicot de las firmas al Pro.Cre.Auto. Luego, durante la cena por el Día de la Industria, en Tecnópolis, la mandataria dedicó una buena parte de su discurso i-naugural a criticar a las terminales, salvo a la superavitaria Toyota.
En el Gobierno hay malestar con las automotrices porque en los últimos meses suspendieron personal de planta, una medida que afecta al “clima económico”. Y una vez que se lanzó el plan de estímulo al consumo, se acumularon quejas de consumidores por no poder acceder a las unidades.
En medio de la polémica, la Secretaría de Comercio, a cargo de Augusto Costa, relevó 112 concesionarias y encontró que en 54 no había stock para el Pro.Cre.Auto o los plazos de entrega eran mayores a los previstos. Sin embargo, en las seis plantas de terminales automotrices visitadas por los inspectores se consignaron autos terminados incluidos en el programa. En ese desfasaje, las empresas que quedaron más expuestas, según fuentes oficiales, fueron Honda, Fiat y Renault. También el Gobierno encontró incumplimientos en la mitad de las casi 400 concesionarias relevadas, porque los gastos adicionales eran superiores a lo acordado. Las terminales vinculan los problemas con la falta de previsión que llevó a ofrecer modelos cuyo ritmo de producción es menor que la demanda generada.
Las críticas oficiales hacia el sector llovieron, mientras las empresas dejaban entrever, de a poco, sus demandas. Querían poder acceder a divisas para cancelar una deuda que llega a unos 2500 millones de dólares. Esos pasivos eran en diciembre de 1700 millones, pero se incrementaron en la medida en que escasean las divisas en la economía nacional. En definitiva, las empresas, como pedía el Gobierno el año pasado, incrementaron su deuda en el exterior. Deuda que se explica en gran medida por el bajo grado de integración de partes y piezas locales. Es por eso que la venta de autos equivale a déficit comercial. Es un esquema que se mantuvo casi intacto en estos años de crecimiento industrial y que por momentos se tensiona al máximo. El año pasado las terminales registraron un rojo comercial de 4 mil millones de dólares, se acumulan 33 mil millones desde 2003.
Las automotrices juran que desde el 10 de agosto el Gobierno no les proporciona dólares por encima de lo que ellos generan. Entonces se plantaron. Con esos intereses en juego de cada lado se puede comprender mejor el principio de acuerdo al que parecen estar arribando.
Ayer, Débora Giorgi, junto a la subsecretaria de Coordinación Económica, Mariana González, y su par de Planeamiento Estratégico, Horacio Cepeda, recibieron a Cristiano Ratazzi (Fiat), Luis Ureta Saénz Peña (PSA-Citroën), Thierry Koskas (Renault) y Marín De Gaetani (Honda). Las reuniones con las demás empresas seguirán lunes y martes.
El Gobierno va a poner a disposición cien millones de dólares por mes para financiar el déficit del sector en la compra de partes y piezas importadas. El sector reclamaba entre 250 y 300 millones. Recibieron 100 como respuesta, y sólo para comprar insumos para la producción, no autos terminados. Si la empresa quiere ganar participación en el mercado, deberá conseguir financiamiento de su casa matriz para traer autos. No queda claro todavía cómo se repartirán las empresas los dólares liberados. Hay firmas superavitarias, como Toyota, que los necesitan para seguir su plan de inversiones, y otras deficitarias, para producir.
Para recibir el dinero, las empresas se deberán comprometer a no suspender ni despedir más personal y a acelerar la entrega de autos para el Pro.Cre.Auto, programa que se extiende hasta fin de año. “A todas las empresas les interesa, van a tratar de estar. Pero se van a asegurar de que lo que ofrezcan puedan cumplirlo, que no pase como ahora”, dijeron fuentes del sector. Habría entonces menor cantidad de modelos y versiones.
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