ECONOMíA
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Verdades del presupuesto
Por Laura Malajovich *
El presupuesto 2004 contempla un ajuste fiscal en términos reales, a pesar del anuncio de un aumento del 9 por ciento del gasto total en términos nominales. Ello porque si se toma en cuenta el aumento de precios proyectado, el gasto total –medido por el costo de los bienes– caerá un 0,8 por ciento. Sin embargo, hay partidas que claramente aumentan su gasto, aun en términos reales.
¿Cómo podemos identificar las prioridades en el presupuesto? El presupuesto es una herramienta que refleja las prioridades políticas del gobierno. De este modo, se puede observar que el gasto destinado a obras públicas (que incluye transporte, vivienda y agua potable), a promoción social y a educación aumentan significativamente. Estos rubros explican cerca de un 50 por ciento del aumento total.
Pero hay otras partidas que se incrementan notablemente. El gasto de la dirección superior ejecutiva (conducción y coordinación de la gestión) aumenta casi un 30 por ciento. Dentro de esta función, el mayor incremento está en Prensa y Difusión de Actos de Gobierno.
También aumenta la función Relaciones Exteriores, alcanzando una variación nominal del 21,5 por ciento, aun cuando el valor del dólar estimado es menor que el de 2003. Esto se explica por el aporte de capital a la Corporación Interamericana de Inversiones (CII).
Si se supone que el Gobierno espera un aumento de la recaudación del 12,6 por ciento, es curioso que se proyecte una reducción del 7 por ciento en términos reales del gasto en administración fiscal.
¿Quién paga, entonces, el ajuste del Presupuesto 2004? El gasto en términos reales se mide por la capacidad de compra del Estado. El Estado gasta en personal, jubilaciones, bienes y servicios, pago de la deuda e inversiones. Las prioridades del Gobierno muestran un importante incremento en el gasto en obras públicas, desarrollo social y educación. La pregunta que surge entonces es qué gastos son los que se reducen en el presupuesto 2004, quiénes pagarán el ajuste. Estos son:
a) Los acreedores externos. En el Presupuesto 2004 no se incluyen pagos a los acreedores que tienen bonos en default. Además los vencimientos que afrontaba el Gobierno fueron refinanciados.
b) Los empleados públicos. El gasto en personal cae un 7 por ciento en términos reales debido al congelamiento de los salarios, disminuyendo así su poder adquisitivo.
c) Los jubilados. El gasto en jubilaciones cae en 2,7 por ciento en términos reales, disminuyendo también el poder adquisitivo.
* Economista del Area Fiscal de Cippec.