El conflicto entre el Gobierno y las AFJP crece día a día en intensidad, al punto de involucrar a Néstor Kirchner, quien terció ayer en la discusión luego de exponer ante la Asamblea de la ONU en Nueva York. El Presidente reprochó a los directivos de las administradoras por haber buscado “mayores rentabilidades a riesgo” de sacrificar los ahorros de los aportantes. También aseguró que la quita del 75 por ciento a los bonos en default “persigue una política de sinceramiento”. La línea oficial es clara y compacta. Todos los funcionarios interesados en la cuestión ratificaron que las AFJP no tendrán un trato diferenciado al del resto de los acreedores y remarcaron que las compañías son las principales responsables de los perjuicios que sufran sus afiliados.
“Las AFJP tienen que explicarle a los aportantes cómo invirtieron su dinero”, reclamó el titular de la Anses, Sergio Massa, sumándose a la polémica. “Esta discusión no es entre el Estado y las AFJP, es más profunda: hay que ver las inversiones que hicieron en los últimos nueve años y que expliquen cómo está compuesta la cartera”, expresó el funcionario.
La defensa de los ejecutivos de las AFJP se limita a trasladar la responsabilidad por el pésimo negocio que hicieron para sus afiliados a Domingo Cavallo. El presidente del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Capital Federal y titular de la AFJP Profesión, Horacio López Santiso, aseguró que durante la última gestión del ex ministro “a las AFJP nos obligaron a comprar títulos públicos”. La versión no es exacta. El artículo 17 del decreto 1387 de noviembre de 2001 que habilitó el último canje de deuda por préstamos garantizados decía textualmente: “Instrúyase al Ministerio de Economía para que ofrezca en condiciones voluntarias la posibilidad de convertir la deuda pública nacional por préstamos garantizados”.
En términos legales, la supuesta obligación no existió. En todo caso, si las AFJP accedieron al pedido de Cavallo fue porque desde su creación le respondieron con lealtad, entre otras cosas, porque fue el padre de la criatura. Por privilegiar esa sociedad política, arriesgaron los fondos que les confiaron para administrar.
Massa hizo hincapié en ese punto: “A mí nadie me obliga a poner mi plata donde no quiera. Los administradores tenían una responsabilidad, que surge entre el aportante y la AFJP, y era la de cuidar los fondos”. Además, consideró que las empresas debieron acudir a la Justicia en aquel momento si es que Cavallo las presionó para que compraran más deuda. “Es muy fácil ir ahora. Lo que pasa es que en ese momento aceptar las condiciones que ponía Cavallo les servía para mostrar rentabilidades altas, sin importar el riesgo”, destacó.
Finalmente, el funcionario sostuvo que “mientras la rentabilidad daba para que ellos (los ejecutivos de las AFJP) cobraran buenos sueldos a fin de año, no importaba si era un título público riesgoso. Lo importante era que les servía en esa guerra comercial que hubo entre las administradoras para ver cuál era más rentable”.