ECONOMíA › EL SECRETARIO DE COMERCIO ASEGURA QUE LA ESTABILIDAD CAMBIARIA Y LA INTERVENCION ESTATAL APLACARON LOS AUMENTOS
Augusto Costa indicó que el Gobierno transmitió a las empresas que la pauta inflacionaria de este año no puede superar el 15 por ciento. En una entrevista exclusiva con Página/12, también habló de importaciones, el fallo de la OMC y los tampones.
› Por Javier Lewkowicz
”La inflación se está desacelerando y las perspectivas son que continúe así. Como figura en el Presupuesto, la idea es que 2015 cierre con un 15 por ciento de variación en los precios. Porque tampoco sería lógico centrarse solamente en esa variable, cuando tenemos objetivos de crecimiento y empleo que son prioritarios”, indicó el secretario de Comercio, Augusto Costa, en un reportaje exclusivo con Página/12. De cara a un año fuertemente político por las elecciones, asegura que tiene los instrumentos para contrarrestar las “maniobras para generar incertidumbre”. “La inflación es un fenómeno muy complejo. El que viene con una única medida para solucionar ese problema viene con una política neoliberal. Venden espejitos de colores, en realidad están traficando un ajuste.” Costa afirma que las pautas de importación son previsibles y que las empresas están al tanto de ellas desde comienzos del año pasado. Además, descarta que el reciente fallo en contra de la Argentina en la OMC vaya a terminar desarmando el sistema de regulación de las importaciones.
–En 2014 se registró el mayor nivel de inflación de la última década, según el Indec y también las consultoras privadas. ¿Por qué?
–Hubo varios factores que determinaron que hayamos tenido niveles de variación de precios que no son los que deberían darse en función de las cuestiones estructurales. Por un lado, estuvo la especulación sobre el tipo de cambio y las reservas, que comenzó a exacerbarse en junio de 2013 y en octubre cobró una forma muy definida. Eso generó una expectativa de devaluación que impactó en los precios. Un ejemplo fue la carne, que desde octubre registró una suba muy fuerte impulsada por el ganado en pie. También hubo anticipo de importaciones. Eso se conoce como una corrida, como las nueve que tuvo este gobierno. Ahí se creó un clima que hizo que entremos a 2014 con una expectativa de variación de precios asociada a la del tipo de cambio. En ese marco lanzamos Precios Cuidados, como una forma de dar señales de que por lo menos una parte del consumo habitual iba a tener previsibilidad y transparencia. El programa empezó en enero, pero todo este proceso ya venía gestándose y culminó en la variación del tipo de cambio del 22 por ciento a fin de enero de 2014. El primer IPC-Nu de 3,7 por ciento habla de un nivel muy alto de incremento de precios. La inercia siguió en febrero y marzo, generando cierta expectativa en las negociaciones paritarias. Todo eso se fue desinflando a lo largo del año por las distintas acciones del Gobierno. La buena noticia es que ahora el panorama es distinto. Se decía que íbamos a tener una inflación del 60 por ciento. Eso no pasó. La inflación se está desacelerando y las perspectivas son que continúe así.
–¿Qué va a pasar con la inflación en 2015?
–Por un lado se van a mantener las políticas que son marca registrada de este modelo, o sea, un rol importante del Estado para generar condiciones de crecimiento con inclusión social. Eso implica que el Estado dinamizará el mercado interno con políticas de ingresos y financiamiento a la inversión. En paralelo, vamos a seguir trabajando en los esquemas de administración de precios para que no quede todo estropeado por los formadores de precios. Como figura en el Presupuesto, la idea es que la inflación llegue a un nivel del 15 por ciento en el año. Porque tampoco sería lógico centrarse solamente en esa variable, cuando nosotros tenemos objetivos en materia de crecimiento y de empleo que son prioritarios.
–¿El hecho de que sea un año electoral puede impactar en los precios?
–Objetivamente, este año debería continuar la tendencia a la de-
saceleración. Ahora, que va a haber intención de generar expectativas negativas para que se altere el sendero de precios, no tengo dudas. Pero nosotros estamos muy tranquilos porque tenemos las herramientas para evitar que eso ocurra.
–¿Y qué factores sí pueden influir en los precios?
–Muchos factores influyen en la variación de los precios. Uno es el tipo de cambio, porque en una economía abierta como la Argentina, el tipo de cambio modifica los precios internos. Lo mismo pasa cuando cambian los precios internacionales, como nos pasó ahora con el cacao, que nos llevó a reconocer en Precios Cuidados aumentos superiores al promedio en el café. También la puja distributiva entre asalariados y los precios, y están las expectativas, sobre todo cuando parte de la estrategia política de muchos sectores se basa en generar mal clima. A su vez, están los monopolios con poder de decisión sobre los precios. Es todo un combo de factores. Nosotros confiamos en las cuestiones estructurales, o sea, el tipo de cambio y las tarifas. La verdad es que cuando me siento a discutir la situación de costos con las empresas, la variable “tipo de cambio” el año pasado estuvo muy asociada a la incertidumbre. Los empresarios tenían dudas de cuánto iba a valer el dólar cuando tuvieran que reponer los insumos o los productos, lo que impactaba en los precios. Hoy eso no existe, hay una certeza absoluta de que no va a haber cambios bruscos con el dólar. Es una realidad que yo observo todos los días. Eso que a principios del año pasado era preponderante, hoy no está.
–¿Qué espera que pase con el precio del petróleo?
–Esperamos que siga una pauta estable o a la baja. Eso incide en la economía nacional porque bajan los precios de los plásticos y de la logística.
–¿Qué efectos tiene en el corto plazo el fallo contra Argentina de la OMC que cuestiona el sistema de regulación de las importaciones?
–No tiene implicancias prácticas inmediatas sobre el régimen de administración del comercio, ya que el proceso prevé diferentes etapas y plazos y abre un espacio de diálogo entre las partes. Tampoco tiene un impacto negativo sobre el comercio exterior, porque no habilita en lo inmediato a ningún país a tomar medidas contra la Argentina.
–Pero el problema de fondo son las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importaciones. ¿Se puede llegar a tener que desarmar ese esquema para evitar represalias?
–Este fallo no establece en ningún lado que se debe desarmar el actual sistema de DJAI. Concretamente, dispone que aquellos aspectos del sistema considerados inconsistentes con la normativa de la OMC sean puestos en conformidad con los acuerdos firmados. Y esto involucra una negociación con los demandantes para identificar esos puntos y establecer cómo se van a ir realizando las eventuales modificaciones. Esto es lo que ocurrió siempre en la historia de la OMC. No ha habido ningún caso en el que el país demandado haya tenido que modificar todo su régimen de comercio exterior ni tampoco se registró un aval para la guerra comercial que haya perjudicado las exportaciones, el empleo o la actividad económica. En el peor de los casos sólo se deberían modificar aspectos puntuales del sistema. No hay que olvidar que en la OMC hubo hasta ahora casi 500 casos, en su mayoría contra Estados Unidos y la Unión Europea. De hecho, en la actualidad Argentina está demandando a estos países por restricciones al acceso al mercado norteamericano de nuestra carne y limones, y por las medidas europeas contra las exportaciones de biodiésel argentinas.
–En los medios y las redes sociales hubo quejas por faltantes. ¿Cuál es la versión oficial?
–El sistema de administración del comercio busca proteger el trabajo y la producción local ante la competencia externa desleal y nos permite tener previsibilidad respecto de las necesidades de importación y de divisas. No es un sistema que busca entorpecer ni generar problemas a la producción. Somos muy rigurosos en sectores sensibles, como medicamentos, higiene personal, insumos para la producción o bienes de capital. Con este sistema podemos además evaluar en dónde se pueden sustituir importaciones.
–¿Las empresas tienen dificultades para importar?
–A comienzos de 2014 tuvimos reuniones y definición de pautas de previsibilidad para autorización de DJAI con 317 grandes empresas que en 2013 habían importado 35 mil millones de dólares. También hubo reuniones con más de 2 mil pymes. Es decir que hay una previsibilidad absoluta en materia importadora. Paralelamente tuvimos diálogo y contacto fluido con todas las cámaras sectoriales para tratar casos de urgencia y cuestiones puntuales donde puede haber habido inconvenientes. Toda empresa que presenta la información solicitada, de producción, empleo e inversiones, no tiene problemas para importar.
–¿Ya definieron las pautas de importación de 2015?
–Presentaron los formularios con sus planes más de 3000 empresas y estamos trabajando en las pautas anuales.
–Pero el sistema recibe críticas.
–Es un pequeño grupo de operadores que se quedaron afuera del esquema porque ya no los necesitamos como intermediarios. Salen en los medios con información inexacta a denunciar faltantes en sectores donde generan angustia en la población, como medicamentos, vacunas, sectores en donde nosotros nos anticipamos a cualquier problema. Entonces después los laboratorios salen a aclarar que si faltó algún producto no es por un tema de restricción a la importación. Los que sí son representantes de los empresarios tienen diálogo directo con la secretaría, los que son vendehumo sólo generan angustia.
–¿Hubo problemas de abastecimiento de remedios?
–En algunos casos puede ser, pero no tiene que ver con las importaciones. Se decía de las vacunas, pero resulta que el laboratorio importador informó públicamente que tuvo que enfrentarse a faltantes a nivel global de la vacuna contra la varicela, que por eso pidieron a Bélgica apoyo con un envío de 11 mil dosis. O sea, es un problema productivo, no de comercio. Si en un hospital faltan guantes de látex, dicen que es por problemas de importación, pero puede ser por la gestión del establecimiento o de los distribuidores. Nosotros estamos muy tranquilos porque el sistema es fluido.
–Las automotrices se quejaron meses atrás de que no podían acceder a los dólares para importar.
–Hay que diferenciar la autorización de importaciones con el giro de divisas. En términos de autorización de importaciones, con cada sector privilegiamos los insumos y que no haya problemas. Lo que hubo fue un problema para el giro de divisas de las importaciones realizadas, que no es responsabilidad de la Secretaría de Comercio. Ahora se está empezando a normalizar.
–Se armó bastante revuelo con el tema de los tampones.
–La gente es muy creativa y las repercusiones fueron simpáticas. Pero nosotros garantizamos que no haya faltantes por la administración de comercio. Sí los hay es por otros motivos. Por eso estamos investigando a las empresas.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux