ECONOMíA › LOS DERECHOS ECONOMICOS DE LOS JUGADORES SOLO PODRAN ESTAR EN MANOS DE UN CLUB O DEL JUGADOR
La medida de la AFIP entrará en vigencia a partir del 1º de mayo. Los contratos actuales tendrán un año para adaptarse.
Los “dueños” de los futbolistas a partir del 1º de mayo sólo podrán ser el propio jugador o el club, sin participación de los “hombres de negocios del fútbol”. Así lo decidió la AFIP, con la intención de transparentar un mercado plagado de irregularidades y mejorar la situación económica de los clubes, que en los últimos años profundizaron su dependencia de los grupos empresarios. El organismo recaudador sigue los pasos de la FIFA, que adoptó tiempo atrás la misma medida. La mayoría de las transferencias actuales enriquecen a empresarios, actores centrales del fútbol, que ahora perderían esa posición de privilegio, al menos en términos legales. Los contratos vigentes tienen un año de plazo para adaptarse a la nueva normativa. “Se van a beneficiar los clubes”, aseguraron desde la AFIP a Página/12. Queda picando la pregunta de cómo repercutirá la medida en el mercado de pases, porque la mayoría de los clubes tienen graves problemas de liquidez, de ahí que muchas veces estén subordinados frente a los empresarios.
De ahora en más, los derechos económicos en el fútbol sólo podrán estar en manos de un club o del jugador profesional involucrado. La nueva normativa nacional queda entonces en línea con el artículo 18 del reglamento de la FIFA: “A partir del 1° de mayo de 2015, ningún club o jugador podrá firmar un contrato que conceda a un tercero el derecho de participar, parcial o totalmente, del valor de un futuro traspaso de un jugador de un club a otro, o que le otorgue derechos relacionados con futuros fichajes o con el valor de futuros fichajes”, decidió el año pasado el máximo organismo del deporte más convocante.
La lógica del negocio de la compraventa de jugadores es simple a primera vista. Los grupos empresarios invierten en futbolistas, similar a como lo hacen en bonos, soja o tierra, a través de la adquisición de una parte o la totalidad de los derechos económicos. Entonces ofrecen los derechos federativos (la posibilidad de contar en el plantel con ese jugador) a los clubes, a veces incluso en tándem con los servicios del director técnico, que facilita la llegada del jugador. Luego de un tiempo, venden al futbolista al exterior, en donde sobresalen los nuevos mercados, inundados por la renta petrolera o gasífera, como Rusia, Arabia Saudita o Emiratos Arabes. Los empresarios y los jugadores embolsan una enorme cantidad de dinero, mientras que los clubes argentinos están siempre en el precipicio.
Este diario consultó en la AFIP el alcance de la medida, para conocer hasta qué punto corta el negocio de los grupos empresarios en el mercado de pases. Desde el organismo explicaron que formalmente los empresarios no podrán invertir más en los futbolistas, no habrá lugar para esa figura en los nuevos contratos. ¿Esto deja afuera del fútbol a los grupos empresarios? “Maniobras fraudulentas siempre puede haber, tendremos mecanismos de control”, indicaron desde la AFIP. La reglamentación no afecta la actividad de los representantes, que negocian en nombre del jugador y cobran una comisión. Por reglamento, los representantes no pueden cobrar más del 20 por ciento de lo que recibe el jugador por la transferencia. “Se adapta nuestra legislación a las normas de la FIFA. El objetivo es por un lado social, porque buscamos que los clubes sean ricos y no los hombres de negocios. Fortalecemos la economía genuina de las instituciones deportivas y la transparencia en las operaciones”, señalan desde la AFIP.
Pero además hay expectativa desde el plano fiscal, porque la AFIP detectó muchos casos de planificación fiscal nociva relacionada con las transferencias y/o cesiones de derechos económicos de jugadores de fútbol profesional. Se espera que el nuevo esquema de contratos sea más transparente, lo que facilitará el control fiscal.
Las irregularidades en el fútbol son moneda corriente. Una maniobra bastante utilizada es que los derechos económicos de los jugadores estén en manos de clubes que funcionan como paraísos fiscales. Uno de los casos más resonantes es el del volante de la selección paraguaya y ex jugador de River Jonathan Santana, quien se encuentra procesado por la Justicia desde fines del año pasado. En 2012 Santana fue transferido desde un club turco a Independiente de Avellaneda, aunque su pase pertenecía formalmente al club Institución Atlética Sud América, un equipo uruguayo en donde nunca jugó, que en realidad funciona como guarida fiscal. La AFIP detectó en su momento irregularidades similares en el caso del defensor Jonathan Botinelli, quien tenía el mismo vínculo con Unión San Felipe de Chile, entre otros. También se consideran clubes “pantalla” los uruguayos Fénix, Progreso, Bella Vista, Cerro, Rampla Juniors y Boston River.
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