Mié 15.04.2015

ECONOMíA  › LA PRESIDENTA CUESTIONó LAS PROPUESTAS QUE ATENTAN CONTRA LOS SALARIOS Y LA FUGA DE CAPITALES

“Bajar la demanda no estimula la producción”

Cristina Kirchner encabezó el inicio del proceso de producción de un nuevo modelo en una planta automotriz. Aprovechó allí para arremeter contra los empresarios que en los últimos días criticaron las paritarias. “Producción y consumo tienen que ir de la mano”, afirmó.

“Para aumentar la inversión hay que disminuir un cachito la rentabilidad o traer algo de la plata que se llevaron afuera”, se dirigió ayer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner al sector empresarial, en un acto en la fábrica de la automotriz Honda. Insistió en un concepto que el kirchnerismo adoptó en relación con el vínculo entre el consumo y la inversión privada: “Es mentira que cuando achicás la demanda mejorás la inversión, porque no hay razón para invertir si no tenés para producir. Producción y consumo tienen que ir de la mano. Los argentinos comimos durante muchas décadas pescado podrido y no queremos indigestarnos de vuelta”.

La firma japonesa Honda, que comenzó en los últimos años la fabricación de autos en el país, dio luz verde a la producción del SUV Honda HR-V, un utilitario todoterreno lanzado hace un año y medio en la casa matriz asiática. El proyecto local demandó una inversión de 250 millones de pesos para el ensamblaje de 15 mil unidades al año. Se trata de un modelo global que reemplazará la producción local del Honda City. La mandataria encabezó el acto en la planta de la empresa en Campana, provincia de Buenos Aires, dando inicio al proceso productivo. La acompañaron el ministro de Economía, Axel Kicillof, y la ministra de Industria, Débora Giorgi, entre otros funcionarios, y el presidente de Honda Argentina, Hideki Kamiyama. La inversión de Honda se suma a los últimos anuncios por parte de Renault, para sus modelos Logan y Sandero, y Nissan, que se instalará en el país (ver aparte).

El proceso de negociación de las paritarias en el período preelectoral despertó el debate sobre el rol de los salarios y el consumo en la economía local. El libreto liberal asegura que los aumentos salariales son mayormente inflacionarios, mientras que el pensamiento heterodoxo sostiene que son dinamizadores de la producción porque estimulan la inversión. Anteayer, en un discurso ante empresarios pymes, el ministro Kicillof planteó que “en estos años quedó demostrado que la redistribución del ingreso es un instrumento de crecimiento económico y que, al revés de como dice el liberalismo, hay que distribuir para crecer, porque la inclusión social crea demanda y si hay demanda, los empresarios invierten”. De manera lateral, atacó los dichos del presidente de la UIA, Héctor Méndez, quien pidió moderación salarial en estas paritarias.

CFK también intervino en esa discusión. Planteó que el impulso a la inversión debe venir de una baja de la rentabilidad (que se da ante la suba de salarios si no suben los precios en la misma magnitud). “Hace días que vengo escuchando que hay que reducir la demanda y los salarios. Es mentira que eso estimula la producción. Esas afirmaciones son el pescado podrido que nos dieron de comer durante décadas”, señaló.

Un rasgo distintivo del kirchnerismo es la evaluación heterodoxa de la dinámica de salarios, empleo y producción, opuesta a la que postula el neoliberalismo y que utilizan en sus análisis muchos economistas enrolados en la oposición. Kicillof cita usualmente a John Keynes, quien dijo en el período de la crisis del ’30 que no hay inversión si el empresario no espera vender y que no hay expectativa de venta sin subas de salarios.

Por otro lado, la Presidenta ligó el nivel interno de inversión a la dinámica de la fuga de capitales, una conducta usual en el empresariado argentino. “Para aumentar la inversión hay que traer la plata que se llevaron afuera y ponerla acá, pero nada de achicar la demanda”, indicó. Se estima que el stock de activos fugados al exterior está en un mínimo de 205 mil millones de dólares y podría llegar a los 440 mil millones, quince veces las reservas del Banco Central. El Gobierno trató a través de los títulos Cedin, los bonos Baade y el blanqueo de capitales atraer parte del dinero en el exterior, pero esas iniciativas no lograron los resultados esperados.

Apenas un botón de muestra de la fuga de capitales se pudo conocer con la filtración de la información de las cuentas de argentinos en la sucursal de Ginebra del HSBC entre 2006 y 2008. Son 4040 cuentas no declaradas, por un monto estimado en 3500 millones de dólares, entre las cuales figuran varias empresas líderes del país y personajes públicos de todo tipo. La AFIP insiste en que ese dinero debe volver al país.

CFK destacó el esfuerzo del Estado para impulsar el consumo a través del programa Ahora 12, la política social, el Pro.Cre.Ar y otras medidas menos visibles y planteó que “los privados no permiten que haya derrame, el Estado sí, incluso para los empresarios”. Para ello citó los dichos de una senadora estadounidense: “A vos, que tuviste la suerte de tener una fábrica, no te olvides de que las carreteras por las cuales sacás tus productos las pagamos todos, no te olvides de que la educación de los trabajadores que están en tu fábrica la pagamos todos y de que los bomberos que cuidan tu fábrica los pagamos todos. Quedate con una buena parte de lo que tenés, pero no te olvides de dejar una parte para que se siga reproduciendo el círculo virtuoso de la producción, el trabajo y el consumo”.

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