El directorio del Fondo Monetario Internacional consideró que Argentina aún mantiene un incumplimiento parcial en sus obligaciones “respecto del suministro preciso de datos sobre precios al consumidor y el PBI” a dicho organismo. El comunicado emitido ayer por la conducción del Fondo, luego de evaluar el informe presentado por la directora gerente, Christine Lagarde, determinó además que “algunas medidas específicas requeridas para fines de febrero de 2015 aún no habían sido implementadas por completo”. Pese a reconocer “el avance material desde 2013 en remediar las imprecisiones en el suministro de estadísticas”, el FMI consideró necesario otorgar un plazo adicional de un año para alcanzar los objetivos. En la práctica, la resolución supone mantener vigente “la declaración de censura” por la baja calidad de las estadísticas, emitida por el propio FMI el 1º de febrero de 2013.

En declaraciones periodísticas conocidas ayer –en un reportaje publicado por Ambito Financiero–, el ministro de Economía, Axel Kicillof, había anticipado que lo que se esperaba era que se extendieran los plazos para mejorar las estadísticas.

“Estamos en un trabajo con el FMI que pretendemos que sea de carácter técnico. El Fondo tiene manuales con respecto a los censos y estadísticas y es una función que tiene desde el final de la Segunda Guerra Mundial, con Breton Woods”, explicó Kicillof en la mencionada entrevista. Tras recordar las diferencias que han marcado la relación con el FMI, el ministro señaló que, “en este caso, tratamos de aislar este problema para valernos de un servicio que da el Fondo, que es la elaboración de estadísticas”. Indicó que “a nivel técnico estamos trabajando muy bien, pero la dirección política se toma en la conducción del FMI, y ahí no andamos tan bien”. Finalmente, precisó: “Queremos seguir mejorando las estadísticas y seguir trabajando con el Fondo porque ha contribuido a nuestro diseño. Al nivel de la comunicación, siempre tenemos rispideces, porque a nosotros no nos gusta cómo se comunican. Espero que digan que hemos trabajado bien y vamos a seguir trabajando. Mientras no politicen ellos el tema, nosotros no lo vamos a politizar. Es un trabajo que tratamos de mantener aislado de la política”.

El texto del comunicado emitido ayer por el FMI pareciera responder a esa premisa. Los tres párrafos principales de ese documento dicen literalmente:

“El directorio ejecutivo reconoció el diálogo en curso con las autoridades argentinas y su avance material desde 2013 en remediar las imprecisiones en el suministro de estadísticas sobre el IPC y el PBI.

“No obstante, determinó que Argentina aún no cumple totalmente con su obligación de conformidad con el Artículo VIII, Sección 5, respecto del suministro preciso de datos sobre el IPC y el PBI al FMI. Determinó que algunas medidas específicas requeridas para fines de febrero de 2015 aún no habían sido implementadas por completo.

“Por esta razón, el directorio ejecutivo decidió extender el proceso en curso por un plazo de un año a fin de dar más tiempo para remediar las imprecisiones en el suministro de datos oficiales y emprender un conjunto adicional de medidas específicas”.

El nuevo informe de Lagarde al directorio sobre “el estado de implementación” de las medidas atinentes a corregir los índices de precios y de producto bruto tendrá lugar, “a más tardar”, el 15 de julio de 2016. En esa ocasión, “el directorio ejecutivo examinará nuevamente este tema”, dice en su línea final el comunicado.

Desde aquellas primeras objeciones a los indicadores, el Indec reemplazó el índice de precios al consumidor, que entonces se medía exclusivamente por encuestas sobre el área del Gran Buenos Aires, por un nuevo índice con mediciones en todo el país y adaptado a metodologías del FMI. Este organismo elogió estos cambios, pero todavía considera que no son suficientes.