El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, afirmó ayer que una de las prioridades del Estado argentino es continuar la lucha para erradicar el trabajo infantil. Lo dijo en la conmemoración por el Día Mundial contra el Trabajo Infantil. El funcionario aseguró que su eliminación requiere políticas integrales que aborden las diferentes aristas del fenómeno, al tiempo que destacó que el Gobierno en la última década avanzó con medidas relevantes en este tema. “El trabajo infantil es la forma más perversa del trabajo no registrado y afecta todos los derechos de la infancia. Hacer trabajar a los niños es un delito en nuestro país, con prisión efectiva de hasta cuatro años, como dicta el artículo 148 bis del Código Penal; pero, tan importante como esta pena y la sanción administrativa, es la sanción moral que debemos lograr de toda la sociedad”, mencionó el ministro.

El Ministerio de Trabajo aprovechó la jornada para aclarar qué es lo que se denomina trabajo infantil. “Se entiende por trabajo infantil toda actividad económica y estrategia de supervivencia, remunerada o no, realizada por niñas o niños, por debajo de la edad mínima de admisión al empleo o trabajo –16 años– o que no han finalizado la escolaridad obligatoria o que no han cumplido los 18 años, si se trata de trabajo peligroso”, indicaron. Aseguraron además que “la Asignación Universal por Hijo, que garantiza un piso de ingresos exigiendo como contraprestación la acreditación de escolaridad y atención de la salud, es una política clave porque da respuesta al déficit económico y educativo, que es una de las causas que conducen al trabajo infantil”.