ECONOMíA › ARGENTINA ACORDó LIMITAR LA APLICACIóN DE LA DECLARACIóN ANTICIPADA DE IMPORTACIONES
El control a las importaciones mediante las DJAI había sido cuestionado en 2012 por ambas potencias ante la OMC, que en 2014 falló en contra del país. El acuerdo con EE.UU. y la UE fija fecha en el 31 de diciembre próximo para producir los cambios.
› Por Javier Lewkowicz
El Gobierno acordó con Estados Unidos y la Unión Europea que Argentina adopte antes del 31 de diciembre los cambios en la política comercial que exige la Organización Mundial del Comercio (OMC). Es una novedad saliente en el reclamo que esas economías mantienen desde 2012 contra el país por supuesto daño comercial. La demanda apunta al control del flujo de compras al exterior a través de las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI). Esa herramienta, que en la actualidad tamiza todo el abanico de las compras al exterior de bienes de consumo, insumos y maquinarias y equipos, será modificada pero no necesariamente eliminada, aseguran en el Ministerio de Economía. La otra pata del reclamo son las exigencias de inversión, producción local, sustitución de importaciones y balanza comercial equilibrada que el Gobierno aplicó en los últimos años sobre las empresas. Como se trata de medidas no escritas, el compromiso argentino consistirá en anticipar que no se van a repetir. La aplicación del nuevo esquema comercial podría ser responsabilidad del próximo gobierno.
La noticia era algo que tanto el gobierno nacional y las empresas locales como los países reclamantes esperaban desde mediados del año pasado. La OMC difundió un primer informe el 22 de agosto de 2014, en el cual sentenció que Argentina debía dejar de lado las medidas mencionadas “en conformidad con las normas multilaterales”. El 26 de septiembre, Argentina apeló el fallo, pero el 15 de enero último el órgano de apelación rechazó el planteo argentino. El 23 de febrero el Gobierno manifestó la intención de “aplicar las recomendaciones” realizadas por el panel arbitral. Sin embargo, faltaba conocer la fecha para comenzar a implementar los cambios.
Ayer, la OMC subió a su portal una carta firmada por el representante argentino en el organismo, Alberto D’Alotto, y su par norteamericano, Michael Punke. “La Argentina y los Estados Unidos han acordado que el plazo prudencial para que la Argentina aplique las recomendaciones y resoluciones del Organo de Solución de Diferencias, en la referencia Argentina Medidas, que afectan a la importación de mercancías, será de 11 meses y 5 días contados a partir del 26 de enero de 2015. En consecuencia, el plazo prudencial expirará el 31 de diciembre de 2015”, dice la misiva. Casi el mismo texto se dio a conocer con la firma de D’Alotto y de su par de la Unión Europea, Angelos Pangratis, para el caso del comercio con ese bloque.
¿La OMC dice explícitamente que Argentina debe eliminar las DJAI? No, pero advierte que su aplicación es incompatible con el artículo XI del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio), legislación sobre la que se apoya el organismo. Ese párrafo dice que “ninguna parte impondrá ni mantendrá –aparte de los derechos de aduana, impuestos u otras cargas– prohibiciones ni restricciones a la importación o a la exportación, aplicadas mediante contingentes, licencias de importación o de exportación, o por medio de otras medidas”. Si bien está lejos de ser letra muerta (Argentina bien lo sabe), la realidad es que todos los países aplican ciertas restricciones al comercio, con mayor o menor nivel de sofisticación. Ejemplo de ello son las normas fitosanitarias que bancan a capa y espada los productores californianos y que impiden el ingreso a Estados Unidos de los limones que Argentina vende al resto del mundo.
A pesar de que se veía venir, por ahora no hay muchas certezas de qué sucederá específicamente con el esquema de DJAI. La respuesta fue que no necesariamente se eliminarán. “Haremos modificaciones, estamos trabajando en eso.” Los cambios en las “medidas no escritas” lucen más simples, a priori, vinculados al compromiso político de dejar de utilizarlas. Ambos desafíos podrían quedar como responsabilidad del nuevo gobierno, que asume el 10 de diciembre.
El control de importaciones es una política que desde 2009 –y con más rigor a partir de 2012– el Gobierno utiliza apuntando a varios frentes. Uno de ellos es la propia escasez de divisas, que se administra con el freno o la demora de importaciones “no esenciales”. Pero no es solamente eso. La administración de comercio permitió a muchas empresas de sectores como el textil, calzado, juguetes y metalmecánica crecer protegidos de la competencia externa.
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