Dom 26.07.2015

ECONOMíA  › LOS ACTIVOS EN EL EXTERIOR QUE CONTROLAN LOS BANCOS SUMARIAN 120 MIL MILLONES DE DOLARES

La city porteña y los fondos offshore

La fortuna fugada al exterior que puso en jaque la política cambiaria. La vía financiera y la vía comercial de salida. El rol de los bancos en la fuga y posterior administración de los fondos. El informe en manos de la Bicameral del HSBC.

› Por Raúl Dellatorre

El stock de capital propiedad de residentes argentinos radicado en el exterior podría oscilar entre los 205 mil millones de dólares de mínima y 376 mil millones de máxima, según estimaciones de distintas fuentes, aunque los indicios sugeridos por los expertos señalan que la cifra real estaría mucho más próxima a la más alta que a la más baja (¿entre 300 y 350 mil millones?). Las estimaciones para el año 2012, además, indican que la vía del comercio exterior resultó, en materia de fuga, tan intensa como la vía financiera. Es decir, por contrabando en exportaciones, fraudes con declaraciones juradas de exportación, datos falsos en balances, manipulación en los precios de transferencia entre filiales de una misma compañía, se habría fugado ese año tanto capital como el que se esfumó a través de transferencias operadas y administradas a través del sistema financiero (bancos), alcanzando una suma total de 28 mil millones de dólares. Estas son algunas de las revelaciones recogidas durante la última sesión de la Comisión Bicameral para el seguimiento de operaciones de fuga de divisas, conformada en el Congreso tras la denuncia por las cuentas de argentinos en la sucursal del HSBC en Ginebra no declaradas en el país. Uno de los expertos convocados por la comisión que preside el diputado Roberto Feletti (FpV), Jorge Gaggero, aportó elementos que permiten conocer el alcance de uno de los problemas que le acarrearon mayores dificultades económicas al país en estos años, y la responsabilidad de las grandes corporaciones bancarias internacionales en su ejecución.

Gaggero, experto en política tributaria, investigador del Cefid.Ar especializado en fuga de divisas y miembro de la organización internacional Red de Justicia Tributaria (Tax Justice Network, TJN), fue uno de los especialistas invitados a la sesión de la Bicameral del 14 de julio último, ante la que resumió algunos aspectos de la fuga de capital en el país y en la región, poniendo en contexto la investigación que se realiza sobre las operaciones del HSBC de Argentina. Para Gaggero, “no hay dudas del comportamiento sistémico de los bancos globales, que ofrecen sus servicios a quienes quieran fugar y hacer desaparecer sus activos del país”. En este sentido, indicó que en los últimos años América latina se ha convertido “en un mercado cada vez más apetecible para esos bancos globales”. La riqueza fugada de América latina –dijo citando como fuente investigaciones bancarias suizas– creció entre 2008 y 2013 más que en el promedio global. Mientras que el stock de capitales en países considerados guaridas fiscales creció entre esos años de 6,8 billones (millones de millones) de dólares a 8,9 billones, a un ritmo del 5,6 por ciento anual, los capitales pertenecientes a latinoamericanos lo hicieron de 800 mil millones a 1,1 billón de dólares, a un ritmo de 6,7 por ciento anual. Esta diferencia hizo que la riqueza latinoamericana fugada pasara, de representar el 11,8 por ciento de la riqueza global en guaridas fiscales en 2008, a ser el 12,4 por ciento tan sólo cinco años después.

Las estimaciones del volumen de la fuga de divisas para Argentina, según refirió Gaggero en su exposición, señalan a 2012 como un año de salida importante de capitales, en un proceso de escalada en el nivel de evasión de activos que fue acelerándose a partir de 2007/2008. Por la vía financiera, los diferentes métodos de cálculo concluyen en un nivel de salida que habría alcanzado a 12778 millones de dólares en ese año “siguiendo el método de stocks” que suelen tomar en cuenta los organismos nacionales, o a 15065 millones de dólares “aplicando un modelo residual”, que es el que adoptan organismos como la Red de Justicia Tributaria.

“Pero ésa es sólo una parte de la fuga, ya que allí no se refleja la que se tramita por la vía de operaciones de comercio exterior”, aclaró inmediatamente Gaggero ante los legisladores y asesores que seguían su exposición. Esto es, la fuga a través de “contrabando de exportaciones, manipulación de precios de transferencia entre filiales, fraude con declaraciones juradas de exportación, o por medio de los balances de las empresas”. “Como hipótesis –señaló–, la fuga por esta vía podría haber alcanzado los 13 mil millones de dólares en 2012.”

“Serían, en total, unos 28 mil millones de dólares evadidos del país en un año, una cifra importante, el 4,6 por ciento del Producto Bruto Interno de ese año; una relación que nos acerca a Sudáfrica, con 5,7 por ciento del PBI en fuga de capitales, en un país con una tradición de presencia del Estado mucho menor que la argentina, con un predominio del sector minero en sus exportaciones, que se presta a este tipo de maniobras y operaciones (de contrabando) descriptas, y un muy alto nivel de corrupción”. Como otra referencia, Gaggero señaló que la fuga de capitales en los países africanos “más débiles promedia el 8,6 por ciento del producto bruto”.

Los activos offshore

La medición del volumen o stock de activos de residentes argentinos en el exterior también reconoce diferentes estimaciones. El investigador del Cefid.Ar y de la Red de Justicia Tributaria tomó dos como referencia: “según el método de stocks” que aplican los organismos nacionales, se encontraría en 205.731 millones de dólares. Siguiendo, en cambio, el método o modelo “residual” que aplica TJN a nivel internacional, el volumen se estima en 373.912 millones de dólares. Gaggero explicó que el primer método “siempre subestima” el valor de los activos fugados en el exterior, mientras que el segundo, “en algunos casos, puede sobreestimar los valores”, pero que es posible deducir que la cifra real deba estar más cerca de la estimación más alta que de la más baja.

Dentro de ese volumen de dinero fugado, que podría entonces considerarse cercano a los 350 mil millones, como cifra intermedia, está incluido “el colchón de divisas, compuesto por esos activos financieros que están dentro de Argentina físicamente, pero fuera del sistema”, por ejemplo en dólares billete fuera de los bancos. La estimación señala que esos valores suman 75 mil millones de dólares. Del resto, Gaggero calculó que habría más de 120 mil millones de dólares en activos de residentes argentinos que han sido transferidos y son administrados por el sistema bancario a las guaridas o mal llamados “paraísos” fiscales. “Es la cifra que, presumimos, está administrada por los departamentos de private banking (banca privada) de las principales entidades financieras que prestan estos servicios en el país de manera irregular o no declarada.”

El especialista explicó que, para llegar a esa cifra, partió de la información que el ex vicepresidente del JP Morgan para Argentina, Hernán Arbizu, entregó a la propia comisión bicameral en una reunión anterior. Ese listado incluía a las principales diez entidades financieras que, presuntamente, prestaban el servicio de “private banking” para facilitar y administrar la fuga de divisas a grandes clientes. Partiendo de Citibank, al que le atribuía un volumen de activos administrados en el exterior de unos 20 mil millones de dólares por año, seguido del UBS con 15 mil, y luego HSBC y Credit Suisse con 10 mil cada uno, la lista se completaba con otros seis nombres con los que las diez primeras entidades totalizaban un potencial control sobre activos de argentinos en guaridas fiscales por 85 mil millones de dólares en conjunto. Gaggero explicó que, actualizando esa cifra por el rendimiento promedio que los estudios internacionales calculan para los activos en estas jurisdicciones offshore por año, se llega de los 85 mil millones de dólares de 2008, a los 120 mil millones que estimó para 2012.

Gaggero recordó que “ese listado, que circuló ampliamente, tiene un dato importante en su origen: no fue elaborado por Arbizu para ser presentado aquí, sino que confeccionó ese cuadro para el JP Morgan, en el año previo a su salida de la institución, porque le pidieron que hiciera una estimación, a través de sus contactos y conocidos en otras entidades, sobre el volumen de negocios que manejaba cada uno, para un estudio de mercado que estaban haciendo. Entonces, tiene el valor de ser la información que manejaba en ese momento el propio JP Morgan, al cual le debemos poder conocerla”, ironizó.

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