La semana pasada se levantó la medida cautelar que impedía la apertura del Supermercado Central de la Red Comprar en el barrio porteño de Colegiales. Superada esta instancia, para su inauguración definitiva sólo resta la habilitación comercial, sujeta –nuevamente– a la aprobación por parte del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La insistencia para que el supermercado comience a funcionar busca al mismo tiempo una finalidad económica, productiva y social: en él se podrán comercializar productos un 35 por ciento más económicos en promedio en relación a otras cadenas de supermercados, al tiempo que los vecinos se encontrarán con productos de calidad tanto de primeras como de segundas marcas. Asimismo, es un espacio de comercialización que permitirá que pequeños productores –generalmente, vedados a las góndolas de las grandes cadenas de supermercados, por las condiciones leoninas impuestas y el lobby de las empresas productoras monopólicas– puedan ofrecer, comercializar y brindar sus productos a los consumidores mediante un nuevo punto de venta. De esta manera, se articulan las necesidades de consumidores, productores y pequeños comerciantes, incrementando el nivel de ventas y las alternativas de elección de los compradores.

Con la apertura del supermercado de la Red Comprar de Colegiales se consolida la presencia del Estado en el último eslabón de la cadena de valor de un producto que concentra gran porcentaje de la estructura de costos; es decir, la comercialización. Hoy, con el transcurso de estas experiencias, y la profundización de una política que busca cuidar el bolsillo de los consumidores –dando previsibilidad a todos los sectores de la economía– podemos notar que el Estado compra a precio justo los bienes de consumo masivo que se encuentran en cualquier supermercado, y los vende en sus bocas al precio que corresponde, teniendo en cuenta todo el armado de la cadena de valor del producto (el valor de la materia prima, de la transformación con sus correspondientes insumos y la logística de todos estos procesos).

Este proyecto se desarrolla en el marco del programa de Precios Cuidados, que tiene por objetivo poner un límite a la especulación en torno a los márgenes de comercialización de productos. Para ampliar los resultados del programa surge en la segunda etapa la Red Com.Pa.Ar, donde productores y pequeños comerciantes aúnan sus metas particulares mediante acuerdos voluntarios y flexibles de seguimiento de precios.

Actualmente se encuentran en pleno funcionamiento tres Supermercados de la Red Comprar de gestión pública emplazados en distintas ciudades del país: en Guaymallén (Mendoza), Fontana (Chaco) y en el Barrio Eva Perón del municipio de San Luis. En ellos, muchos productores lograron encontrar nuevos mercados, a los que no accedían no solo por las imposiciones de las grandes cadenas, sino también por los costos logísticos. Ahora, de esta manera, pueden posicionar sus artículos en igualdad de condiciones frente a las primeras marcas. Los resultados de esta política están a la luz: el nivel de aceptación de los productos por parte de los consumidores y la sustitución respecto a las opciones ofrecidas por las primeras marcas es notoria.

La importancia de un rol activo del Estado en la comercialización empodera a las pequeñas empresas productoras, pues además de tenerse en cuenta sus costos y sus realidades, el Estado no aplica una mera lógica comercial o de poder “del mercado” que las grandes comercializadoras realizan sobre este tipo de productores, a los que se les vuelve imposible ingresar debido a las exigentes barreras de ingreso en cuanto a financiamiento, estándares de calidad y capacidad de logística. En definitiva, el Supermercado Central de la Red Comprar es más inclusión, beneficiando a pequeños actores de la cadena de valor al mismo tiempo que los consumidores ahorran en sus compras.

* Coordinador Nacional de la Red Comprar.