Horacio Rodríguez Larreta, futuro jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, reveló la piedra fundamental del plan económico que implementará Mauricio Macri si accede a la presidencia: la confianza. El funcionario porteño negó la devaluación anunciada días atrás por el referente para temas económicos de Cambiemos, Alfonso Prat-Gay, y consideró que la liberalización del mercado cambiario no tendrá consecuencias sobre el precio del dólar. “Se van a levantar las restricciones a la compra de dólares porque aspiramos a que exista la suficiente confianza para que la gente no vaya a comprar. Lo que pasa hoy es que la gente tiene miedo, entonces va y compra”, explicó el intendente electo al reducir la dinámica del tipo de cambio a la demanda minorista para ahorro.

Desde la visión del PRO, el desembarco de ese espacio político en la Casa Rosada sumado a una serie de anuncios de inversiones extranjeras y créditos de organismos internacionales será suficiente para evitar los movimientos del tipo de cambio previstos por los voceros autorizados de su propio espacio, como Prat-Gay, así como las consecuencias en materia de aceleración de los aumentos de precios y deterioro del poder adquisitivo previstas incluso por los economistas del establishment. “Tenemos que generar la confianza suficiente para que la gente crea que no se va a devaluar”, insistió Rodríguez Larreta.

Para que el desmantelamiento de la administración del mercado cambiario no se traduzca en una devaluación se requiere, de acuerdo a las declaraciones de Rodríguez Larreta, “un shock de confianza” del público, “confianza” que Macri y sus equipos técnicos inspirarían sobre el mercado financiero, las firmas importadoras y los trabajadores con capacidad de ahorro. De esa forma, cuando se levanten las restricciones existentes la “confianza” en que el precio del dólar no experimentará un salto como el anunciado la semana pasada por uno de los dos voceros económico de Cambiemos evitará una devaluación. “La propuesta es unificar el dólar en un solo precio, da lo mismo que fuera productor, consumidor, ahorrista, turista o inversor, el precio del dólar como otra mercadería tiene que ser uno. Va a subir el dólar oficial, que no afecta prácticamente a nadie, y va a bajar el otro, que afecta a la mayor parte de la población”, explicó Prat-Gay días atrás.

“La prioridad es bajar la inflación”, lanzó el sucesor de Mauricio Macri durante una entrevista radial en su intento por sacar al precio del dólar del centro de la discusión económica.

Ese planteo fue refutado desde las propios analistas del establishment y economistas del Frente Renovador. De acuerdo a las estimaciones realizadas por las consultoras, sobre un escenario de aumentos de precios de 1,5-1,8 por ciento mensual, se pasaría a 3,0-3,6 por ciento. En la medición anualizada, el 25 por ciento de inflación pasa a un 45-50 por ciento. A todos esos analistas se sumó ayer Jorge Todesca. El titular de la consultora Finsoport consideró que es “difícil saber dónde termina una devaluación” pero advirtió que un salto cambiario del 50 por ciento “sería traumática para la economía argentina”. “Todavía hoy los precios no tienen incluido un dólar de 16 pesos, tiene algo más que el oficial, pero no sabemos cuánto”, consideró el economista al rechazar la interpretación de Prat-Gay. De todas formas, Todesca aseguró que lo votará a Macri.